Toyota, sin órdenes de equipo en el WRC

Tras su fichaje, Sébastien Ogier afirmó que no se incorporaba al equipo Toyota GAZOO Racing WRT con el estatus de piloto número uno. Con esas afirmaciones expresó la necesidad de ganarse ese 'privilegio' por el rendimiento en cada tramo del Mundial de Rallyes 2020.

Algunos vieron en esas manifestaciones un modo humilde y discreto de aterrizar en una formación donde tendría dos compañeros nuevos y un director deportivo, Tommi Mäkinen, con quien no parecía tener una gran afinidad personal.

Sin embargo, esa misma opinión fue secundada por otro de los corredores recién llegados. Así, Elfyn Evans declaró que no había abandonado la disciplina de Ford M-Sport donde había competido durante toda su vida para ser el escudero del francés. En principio, se interpretaron estas palabras como un modo preventivo de ‘marcar territorio’ para no verse arrollado en las estrategias de carrera ante el peso del segundo corredor más laureado de la Historia.

Pues bien, ambos deportistas tenían razón en sus planteamientos en cuanto a la ausencia de directrices en favor de ninguno de los tres integrantes de la formación de Jyväskylä. De hecho, así quedó demostrado en el pasado Rallye de Suecia. Allí, Ogier y el novato Kalle Rovanperä protagonizaron una batalla tan emocionante como inesperada. En juego no solo estaba el tercer peldaño del cajón, sino un relevo generacional que comienza a vislumbrarse.

Pues bien, a pesar de medirse a todo un séxtuple ganador de la corona, el finlandés dio rienda suelta a su instinto depredador en la ronda nórdica. Sin embargo, herido en su orgullo, el galo no quería ceder ante el empuje de un debutante. El de Gap pretendía evitar a toda costa verse superado por un contrincante de 19 años. Finalmente, el talentoso adolescente se sacó de la chistera tres segundos para dejar fuera de las plazas de honor a Ogier.

Sin esperarlo, el escandinavo se convirtió en el corredor más joven en subirse al podio por primera vez, gesta que además logró en su segunda participación, una menos que el anterior récord establecido por Seb Loeb. Y por si fuera poco, también batió otra marca de precocidad al adjudicarse con menos edad que nadie un tramo Power Stage.   

Por cierto, con el triunfo en esa última especial, Kalle le restó unos valiosos puntos adicionales a Ogier, que quizás puedan resultar cruciales en la pugna por el título. Sin embargo, hasta que las posiciones se consoliden en la Clasificación General, posiblemente a mediados de curso, el responsable deportivo de Toyota prefiere que sus discípulos compitan libremente entre ellos.

De ese modo, los ‘tres mosqueteros’ de la formación se batirán en duelo en igualdad de condiciones durante cada cita del WRC. Obviamente ante estas directrices, el deporte, el espectáculo y los aficionados continuarán siendo los grandes vencedores.