La primera visita del Campeonato del Mundo de Rallies de la FIA a Paraguay ha supuesto un viaje a lo desconocido para equipos y pilotos, aunque todos fueron recibidos con la calidez de la afición local. Tras los reconocimientos previos y el shakedown —tareas clave para elaborar notas y ajustar las configuraciones a los rápidos pero exigentes caminos de tierra roja—, el rally arrancó oficialmente el jueves por la tarde con una espectacular ceremonia en Encarnación.
La jornada del viernes fue la más larga del evento, con dos bucles de cuatro tramos que sumaron 140,9 kilómetros cronometrados. El primer tramo, Cambyreta, resultó ser el más exigente por los numerosos baches y compresiones que pusieron a prueba coches y neumáticos, aunque Toyota Gazoo Racing comenzó con buen pie gracias a Kalle Rovanperä, que fue el más rápido, seguido de sus compañeros Sébastien Ogier y Sami Pajari.
Ogier perdió más de medio minuto en el segundo tramo por daños en un neumático, lo mismo que le había ocurrido a Takamoto Katsuta en la especial inicial. Aun así, Rovanperä cerró el bucle matinal en segunda posición, a 4,1 segundos del líder, con Pajari tercero, por delante de pilotos más experimentados como Elfyn Evans.
Por la tarde, la segunda pasada por Yerbateras, el tramo más largo del rally con 30 kilómetros, fue el más decisivo. Rovanperä recuperó el liderato tras un problema de presión de neumático de Adrien Fourmaux y acabó el día con siete segundos de ventaja sobre los Hyundai de Fourmaux y Ott Tänak.
Ogier, tras su contratiempo inicial, fue el más rápido del resto de la jornada y escaló del octavo al cuarto lugar, a 17,8 segundos de la cabeza. Evans terminó quinto, a solo 3,3 segundos de su compañero. Pajari, que disfrutaba de la lucha con pilotos con más experiencia, tuvo que detenerse a cambiar una rueda en el tramo siete, perdiendo dos minutos y cayendo al octavo puesto. Katsuta también se vio obligado a abandonar ese mismo tramo tras golpear un banco de tierra.
