Thierry Neuville sufrió una de sus derrotas más dolorosas el año pasado en Kenia. El belga dominaba con mano de hierro la cita africana cuando la suspensión trasera derecha de su Hyundai i20 Coupé WRC decidió abocarle al abandono en la etapa del domingo. El cinco veces subcampeón del mundo no se lo creía. El talón de Aquiles de aquel artefacto surcoreano le privó de un triunfo único en la máxima categoría.
El segundo clasificado del certamen es consciente de que le espera un fin de semana exigente en el mítico Safari. La fórmula para encaramarse al peldaño más alto del podio la tiene anotada. En los próximos días deberá acertar con el planteamiento y las zonas donde arriesgar o conservar: "Es un duro evento en el que necesitas encontrar un buen balance entre atacar fuerte y saber cuándo tienes que tomártelo con más calma".
En las últimas jornadas de competición no se descarta la presencia de tormentas. Estas podrían resultar decisivas, como ya lo fueron hace doce meses: "La meteorología también puede jugar un papel fundamental, pero me siento cómodo en estos tramos y este año estamos aquí para ir a por la revancha, en eso es en lo que nos centramos". La espina del 2021 aún escuece. Solo hay una forma de que Neuville se desquite de ella.