Los fantasmas del pasado perseguían a Takamoto Katsuta en el Rally de Estonia. El protegido de Toyota no guardaba ningún recuerdo positivo de sus anteriores visitas al país de Ott Tänak. Todas se habían saldado con abandono, las mayorías a causa de salidas de carretera. Esa circunstancia imponía al japonés, que no quería manchar su regular temporada con el que hubiese sido su quinto error en las rápidas pistas bálticas.
Sin embargo, el fin de semana comenzó con un vuelco en un Shakedown, incidente al que terminaría reponiéndose gracias al esfuerzo de su equipo: "¡Es bonito haber terminado uno! Estaba preocupado el jueves después del accidente. Fue un pequeño error y nada más cometerlo empecé a pensar si nos daría tiempo de arreglar el coche, pero el equipo hizo un trabajo fantástico y lo dejó en perfectas condiciones".
Katsuta notó cambios en las especiales, propiciados por la naturaleza: "Este no es un rally fácil y este año fue más difícil que el anterior porque las ramas y los árboles habían crecido, parecía que las carreteras eran más estrechas. Las notas tenían que estar perfectamente elaboradas, especialmente con los bloques de cemento que había a la orilla de la carretera. Habría sido muy fácil arrancar una rueda en un impacto contra ellos".