El problema mecánico que le dejó a cero en el pasado Rallye de Turquía fue un duro revés para sus aspiraciones al Mundial, pero Sébastien Ogier nunca se rinde y ya tiene puesta su mirada en el Rallye de Italia-Cerdeña que se pone en marcha hoy con la disputa del shakedown.
El de Toyota se encuentra a 18 puntos del líder, su compañero de equipo Elfyn Evans, y con 60 puntos en juego su oportunidad de sumar su séptimo título mundial -el tercero con una marca distinta- no son tan altas como en otras temporadas. Aún así, el galo sabe que el rallye italiano siempre depara sorpresas y espera que, esta vez, la fortuna esté de su lado.
“Cerdeña es un rallye que me gusta, pero vamos a competir allí en una época del año diferente a la habitual, por lo que el desafío puede que no sea el mismo al que estamos acostumbrados. Por eso, el test que hicimos allí la semana pasada fue una preparación importante”, ha comentado Ogier antes del inicio de la prueba sarda.
“En esta época del año, el clima puede ser más incierto de lo normal, y en una isla como Cerdeña puede cambiar muy rápidamente de todos modos. En la prueba tuvimos algunos chubascos fuertes y las condiciones en el tramo cambiaron por completo en solo unos minutos”.
Primero el rallye y después, obviamente, pensar en el Campeonato del Mundo. Ogier tiene la gran ventaja respecto a Evans que él si sabe lo que es ganar un mundial. La presión va por dentro.
“Todo sigue abierto en el campeonato, así que tenemos que seguir haciendo nuestro mejor esfuerzo y lograr el máximo de puntos en Cerdeña”, ha añadido el seis veces campeón del mundo.