La temporada 2020 y el maldito Coronavirus está causando estragos en las arcas de M-Sport, que ha visto reducida su actividad y venta de vehículos de rallye de forma proporcional a como los campeonatos de todo el mundo han tenido problemas para salir adelante.
Con Esapekka Lappi, Teemu Suninen y Gus Greensmith acabando su relación contractual con M-Sport Ford a finales de esta campaña, el mandamás británico optará por la estrategia que llevó a cabo en 2018 y 2019, es decir, intentar pescar en río revuelto cuando el mercado de pilotos esté claro. Y es que el preparador inglés no está para hacer grandes apuestas económicas para intentar fichar a un piloto top.
“Por supuesto que queremos ser competitivos la próxima temporada, pero realmente no hemos discutido nada con ninguno de los pilotos. Seré honesto, mi enfoque está en trabajar para que la empresa supere la crisis actual”, ha comentado Malcolm Wilson al medio estadounidense DirtFish.
“No tenemos prisa por que los pilotos se decidan, tenemos muchas cosas que hacer en este momento. Si bien gran parte de la atención se centra en el cambio de reglamentación que se producirá en 2022, el próximo año es importante para nosotros”.
Pese a la situación actual, con la austeridad por bandera en el seno de M-Sport Ford, Wilson también deja claro que están trabajando en la última versión del Ford Fiesta WRC de la generación actual antes de dar paso al Rally1.
"Tenemos algunas mejoras en el coche y, obviamente, la especificación del motor del próximo año será la que presentamos para la nueva homologación en 2022", ha añadido el máximo dirigente de M-Sport.