Cuando el actual director del equipo Toyota GAZOO Racing, Jari-Matti Latvala, fichó como piloto de la firma japonesa en 2017, decía estar muy orgulloso de correr para “la Ferrari de los rallyes”. Aunque para muchos esta afirmación podría ser cuanto menos discutible -teniendo todavía muy vigente el recuerdo de Lancia-, es innegable la conexión y el ADN de rallyes de Toyota.
Hace un par de días, Sébastien Ogier y Julien Ingrassia, con su Yaris WRC, devolvían al fabricante nipón al peldaño más alto del podio del rallye del Principado tras 23 años de ausencia. De hecho, los siete veces campeones del mundo tomaban el relevo de sus admirados Carlos Sainz y Luis Moya.
Los españoles tienen el honor de ser los primeros de vencer en Monte-Carlo con un Toyota. Su primer éxito llegó en 1991 con el recordado Celica ST165, mientras que volverían a ganar en el Principado en 1998 en su regreso al equipo de Ove Andersson con el Corolla WRC. Entre medias, los franceses Didier Auriol y Bernard Occelli también se hicieron con la victoria en este rallye en 1993 con el Celica ST185.
Un póker de victorias para Toyota con cuatro vehículos diferentes. Un hito al alcance de pocas marcas y que, como recordábamos la anécdota de Latvala al inicio del artículo, demuestran la exitosa vinculación de la firma japonesa con el Mundial de Rallyes.