Savia nueva, heredera del Desafío Peugeot, ha llegado al panorama nacional para quedarse, esperemos. Nada menos que 21 equipos en la lista de inscritos, digna de su hermana mayor francesa, empezaban la temporada de la Peugeot Rally Cup Ibérica por todo lo alto, en el Rally de Portugal, nada menos que una de las pruebas más míticas del WRC y un escaparate perfecto para la iniciativa luso-española. Otra cita mundialista se suma al calendario de la copa, el Rallye de España, en la que como ha sucedido en la lusa, sólo se disputará la primera etapa. No se puede esperar mejor escaparate para una iniciativa que tiene en la imagen y proyección de sus “leones” uno de sus mayores atractivos.
Los tramos mundialistas parecen haber sido un poco más duros de lo esperado para una toma de contacto con la Copa, y se han cobrado sus víctimas. Mientras que los equipos que peleaban por la victoria absoluta en Portugal avisaban de lo duro que estaban siendo los tramos del primer día, los coperos de los Peugeot casi no habían abandonado el parque de asistencia. Hubo bastante debacle entre los protagonistas del Mundial, entre los que no faltaron accidentes, roturas o pinchazos por doquier, por lo que era casi anunciada la escabechina que sufrirían los equipos con los R2 de Peugeot.
No es que los R2 no estén preparados para las condiciones más exigentes, que son auténticos coches de carreras y pueden con eso y más, sino que el primer contacto de una categoría escuela nacional sea con semejante desafío se me antoja excesivo. Creo que el aprendizaje en este tipo de promociones debe de ser paulatino, en ningún caso que haya que evitar la dureza de estas pruebas. Pero que el debut se produzca en estas condiciones, podría haberse mejorado.
Los condicionantes han hecho que haya sido así, la organización ha trabajado duro para cerrar todos los detalles de la Peugeot Rally Cup Ibérica de manera exquisita y por ello era importante el escaparate del Mundial, pero el riesgo que se ha corrido ha sido excesivo desde mi punto de vista. Muchos de los equipos han llegado con el tiempo justo al arranque de la Copa y por eso no sería deseable que un contratiempo en la “batalla lusa” pudiese acabar a las primeras de cambio con la temporada de alguno de los integrantes. Volquetones, averías y pinchazos han hecho de la cita portuguesa más una prueba de resistencia (a veces de supervivencia) que de velocidad, y eso no es bueno para empezar.
El calendario se cerrará con el Rallye de España al cual llegarán todos con un rodaje bastante mayor y que debería servir de mejor experiencia para todos ellos. No dudo del éxito de la fórmula, el número de inscritos así lo atestigua, ni del espectáculo que nos van a brindar, una veintena de Peugeot R2 luchando al segundo es espectacular en sí mismo, pero para sucesivas ocasiones sería aconsejable un aperitivo menos indigesto antes de enfrentarse a todo un Mundial de Rallyes. En su descargo hay que decir que otros equipos con vehículos de semejantes características, los Ford Fiesta R2 del JWRC, calcaban las desgracias de nuestros leones ibéricos, por lo que no todo queda en el debe de la Peugeot Rally Cup Ibérica. Muchas alegrías nos van a deparar, seguro.