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La Federación Internacional de Automovilismo ha afirmado que adoptará una postura más flexible en lo que respecta a las homologaciones de los World Rally Cars del Campeonato Mundial de Rallyes, según se puede leer en el medio DirtFish. Se trata de facilitar la vida a los tres equipos actuales (M-Sport, Hyundai Motorsport y Toyota Gazoo Racing) debido a las consecuencias financieras de la actual crisis mundial provocada por la pandemia del coronavirus.
En la actualidad, cuando se homologa una pieza mediante un joker de homologación, ya sea de suspensión, de motor o aerodinámica, esa pieza se ha de usar sí o sí – es decir, que ese chasis ha de llevar desde ese momento en adelante esa pieza y no la especificación anterior. Existe cierta excepción a esa regla, como por ejemplo si se utilizan chasis anteriores para rallyes emparejados (como era el caso de Portugal con Cerdeña o México con Argentina).
Los equipos prefieren utilizar los elementos actuales con los que ya cuentan tanto en 2020 como en 2021, el que será el año final de los World Rally Cars en la cúspide del WRC. Todo esto es una medida para mantener los costes lo más bajo posible en un momento en el que el flujo económico en todo el mundo y en casi todos los ámbitos se ha visto paralizado por completo.
Para Toyota en particular existe un gran conflicto de intereses: como es obvio, ahorrar costes en estos momentos interesa a la marca. Por otro lado, ellos estaban desarrollando el prototipo del GR Yaris WRC, coche basado en la nueva generación del Yaris cuyo debut estaba programado para 2021 y sería el anticipo del Yaris Rally1 híbrido para 2022. Con esta situación de confinamiento les es imposible continuar con el desarrollo como estaba previsto.
“Les preguntamos todo el tiempo cual es el feedback que tienen desde arriba y de las juntas directivas. Hemos tenido una votación electrónica sobre jokers la semana pasada y mostraremos flexibilidad por el interés del campeonato para todos los accionistas. Creo que la situación de cada marca podría ser diferente y cuando hablo de ser flexibles, es solo por el bien del campeonato y que todos los accionistas sigan involucrados en el futuro”, declaró Yves Matton, director de rallyes de la FIA.
“Habrá cosas que haya que adaptar, pero solo bajo acuerdo común por el interés del campeonato y los accionistas y no por meter prisas. La situación evoluciona cada semana y no quiero que se tomen decisiones que no estén basadas en los datos más recientes. Queremos tomar decisiones basadas en el final de esta crisis”, añadió Matton.
En caso de que la situación de confinamiento y estado de alerta continúen en la gran mayoría de países europeos y la propagación no se detenga, lo que estaría en seria duda sería la implementación de la normativa Rally1 para 2022 – pudiéndose postergar a 2023 con las implicaciones que supondría para las marcas y el riesgo consecuente. Se estima que los fabricantes necesitarían unos 18 meses de desarrollo para esta nueva generación por el hecho de ser el paso de motores térmicos a energía híbrida, lo que llevaría a que deberían empezar con los test en los meses de julio o agosto.
Otras categorías del mundo del motor ya se han visto obligadas a retrasar los planes de cambios de marco teórico previstos para el futuro: es el caso del Mundial de Rallycross, que retrasará el paso a Supercars eléctricos hasta 2022 – cuando en su origen la idea era implementarlos en este mismo 2020. La Fórmula 1 también postergará un año el cambio de normativa, permitiendo una extensión de la homologación de los chasis diseñados para este 2020.