Kris Meeke y la sonrisa perdida

Velocidad, regularidad, inteligencia…muchas son las cualidades necesarias para triunfar en el mundo del deporte, pero muchas veces nos olvidamos de la felicidad, un estado de ánimo que viene acompañado de ilusión, ganas de hacerlo bien y comodidad. Viendo a Kris Meeke este fin de semana podemos concluir sin miedo a equivocarnos que el inglés está feliz otra vez.

Todo el mundo daba por enterrada la carrera de Meeke cuando Citroën decide dejar de contar con sus servicios tras numerosos percances que tuvieron su punto álgido en un Rallye de Portugal nefasto para Meeke en el que se vieron pinchazos, vuelcos y una carrocería destrozada. Todos lo dieron por acabado menos el personaje que se está convirtiendo junto a Malcolm Wilson en el visionario del mundial, Tommi Mäkinen. El finlandés que llevó a Toyota a conseguir el mundial de 2018 le dio una oportunidad a Kris que muchos clasificaron de locura.

Y esta nueva oportunidad comenzaba el pasado fin de semana en Monte-Carlo, un rallye en el que cada vez que el periodista del WRC + le abría la puerta a Kris este le contestaba con una cara de felicidad a pesar de no conseguir buenos resultados. Cuando le preguntan por su situación no duda en expresar su comodidad con el coche y sobre todo con el equipo.

Echemos la vista atrás y remontémonos a los tiempos en los que Meeke pilotaba para Citroën, especialmente en 2018, ¿era Kris feliz o mostraba ilusión cundo se le entrevistaba? La respuesta es no, o por lo menos no mostraba una ilusión natural alejada de las recomendaciones que los encargados de prensa e imagen dan a los pilotos. Una situación en la que tu persona siempre está en duda nunca es positiva, provoca que entres en una racha de malos resultados a la que si le sumamos un C3 WRC difícil de entender provoca que te hundas. Además si llega Loeb y a las primeras de cambio iguala tus tiempos en México la situación se convierte en crítica.

Estos tiempos ya quedan atrás y ahora comienza un tiempo nuevo para el de Toyota. En Monte-Carlo volvió a marcar buenos tiempos e incluso arrasó en el Power Stage a pesar de que Ogier y Neuville estaban luchando por la victoria y no se guardaron nada. El resultado final no fue el mejor por culpa de tres golpes en la llanta, una parte del Yaris que debe ser mejorada según Meeke. El día en el que no haya problemas Kris puede luchar por las victorias y quién sabe si por algo más a final de año, las próximas pruebas serán cruciales y a pesar de los problemas en la primera prueba el inglés no se ha quedado atrás en la clasificación gracias en parte a los cinco puntos del Power Stage. Veremos que pasa con Kris Meeke ahora que parece que ha recuperado la ilusión y sigue manteniendo la velocidad que nunca le faltó.