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Pese a que el resultado final no acompañó -duodécimo en WRC 3 tras un pinchazo en el último tramo-, Jan Solans quedó satisfecho con lo aprendido a lo largo de su estreno esta temporada en el Rallye de Estonia.
El piloto de Red Bull inició su programa mundialista en las técnicas y rápidas pistas de tierra del pequeño país báltico. Al volante de su Fiesta Rally2, el campeón del mundo junior ideó una carrera de menos a más para ir conociendo su montura después de casi diez meses sin competir.
“Rallye complicado, fue duro, con tramos muy rápidos a los que no estamos acostumbrados”, comentó el pequeño de los Solans a Revista Scratch al término de la prueba cuando iba de camino al aeropuerto de Tallin.
“Pero poco a poco fuimos conociendo el coche y mejorándolo en los aspectos que creíamos. Nosotros también fuimos mejorando a lo largo del rallye, aunque está claro que todavía nos faltan horas de vuelo. Básicamente tenemos que rodar y competir más con el Ford Fiesta Rally2”, explicaba el de Matadepera haciendo balance de su primera participación de esta atípica temporada 2020.
El resultado final podría haber sido bastante distinto de tener una pizca de fortuna, pero pese a ello el menor del clan Solans se lo tomó con filosofía. “En el último tramo del domingo sufrimos un pinchazo que nos dejó fuera del Top 10 del WRC 3. Fue una lástima, pero nos quedamos con la parte positiva: nos llevamos mucha información de este rallye que nos irá muy bien de cara al futuro”, concluyó Jan, que ya piensa en su próximo desafío: el Rallye de Turquía que se disputará del 18 al 20 de septiembre.