No es un caso de fumata blanca, pero sí de pipa de la paz entre la FIA y la asociación de pilotos del WRC, la WoRDA. Ambas partes han encontrado un terreno común sobre el que acordar de manera tácita, un acuerdo de caballeros podría considerarse, en el que poder expresarse de manera más libre sin miedo a las represalias del mazo censor del máximo organismo rector.
El ex copiloto y campeón mundial de rallys Julien Ingrassia, punta de lanza de la WoRDA, ha explicado la situación al medio DirtFish. Los pilotos estaban muy contrariados acerca de la aplicación del Apéndice B del Código Deportivo Internacional en las declaraciones a final de cada tramo. Consideraban que en el caso de los rallys es algo diferente a como ocurre, a nivel de emociones e intensidad para los pilotos, a otras disciplinas del motorsport - por ejemplo, en circuitos tienen toda una vuelta entera para relajarse y unos minutos más antes de ser asaltados por micrófonos.
Lo que se hará es establecer una zona controlada y otra no controlada. La primera será, por ejemplo, una media zone o una rueda de prensa al final del rally, en la que los pilotos están cara a cara con medios de comunicación para contestar a sus cuestiones. Se considerará como las segundas los propios tramos (por si se escapa algún taco en una toma onboard, cosa que ha pasado, pasa y pasará), enlaces o declaraciones a final de tramo.
"Como ha ocurrido con la Fórmula 1, hacían falta ajustar cosas para considerar aspectos únicos de nuestra disciplina. Un objetivo común se ha alcanzado: seguir lo reglamentado en el Apéndice B lo más fielmente posible, dejando suficiente espacio para las emociones y la autenticidad. Sólo se apunta a las palabras malsonantes; la WoRDA está de acuerdo en que la violencia y conductas groseras no tienen lugar en nuestro deporte", declaró Ingrassia.