Los malos resultados obligan a Elfyn Evans a resurgir con una victoria. Un accidente en Monte-Carlo, un fallo en el sistema híbrido en Suecia y un pinchazo en Croacia es el balance del británico hasta el momento. En el Rally de Portugal de este fin de semana tiene una ventaja con respecto a los rivales con los que lucha por el título, el orden de salida. Ya ha desaprovechado dos oportunidades. Demasiadas a estas alturas.
En el Shakedown de la cuarta cita de la temporada, la primera sobre tierra con los vehículos de la nueva generación, el piloto de Toyota impuso su ritmo. En la segunda pasada arrebató la primera posición a Dani Sordo y en la tercera amplió diferencias con el resto. Esta es la mejor forma de comenzar un evento trascendental en sus aspiraciones. El domingo a mediodía sabrá si puede seguir soñando con la corona o no.
Nuestro representante, estrenándose oficialmente con un Hyundai i20 N Rally1 cargado de novedades, soprendió con su rápida adaptación a una tecnología que nunca antes había empleado. Marcó el scratch en la manga inicial, aunque luego terminaría la sesión sexto a 1.2" de Evans. En la etapa de mañana dispondrá de una posición de partida todavía más retrasada que la del galés. No habrá que usar la escoba.
El irlandés Craig Breen comandó la armada Ford desde la segunda posición. Al principio sufrió un pequeño problema de potencia que consiguió subsanar para situarse a 0.4" del registro del vigente subcampeón. Los Hyundai i20 de Ott Tänak y Thierry Neuville finalizaron justo a su espalda. El estonio y el belga también necesitan responder a la superioridad de Kalle Rovanperä. El filandés fue octavo en el tramo de pruebas.
Pierre-Louis Loubet completó el top cinco con otro de los numerosos Ford Puma Rally1 presentes en el país vecino. M-Sport ha desplazado nada menos que cinco unidades, el mayor despliegue híbrido hasta la fecha en la categoría reina. Una de ellas está en manos de Sébastien Loeb. Al alsaciano le costó recuperar el ritmo en el firme, terminando décimo a 2.4" de Evans. Su tocayo Ogier, séptimo, le endosó poco más de un segundo.
El ocho veces campeón del mundo afronta la ronda portuguesa con dos objetivos. El primero, derrotar a su paisano y reponerse a la agria derrota del mes de enero en las carreteras de su región. El segundo lo cumpliría si se encarama al peldaño más alto del cajón. Actualmente empata a cinco con Markku Alén en la cima del historial de vencedores. Ambos también están igualados en el número de podios logrados, nueve.