Esta semana el Mundial de Rallyes ha sufrido un duro golpe al confirmarse la cancelación de Finlandia (6-9 agosto) y Nueva Zelanda (3-6 septiembre) por culpa del azote del coronavirus. En el caso de la cita escandinava, el mazazo moral -y económico- para el WRC ha resultado especialmente doloroso.
No en vano, la prueba nórdica debería haber marcado el reinicio de un Mundial paralizado desde el 14 de marzo, fecha en la que se completaron los tres primeros compromisos (Montecarlo, Suecia y México) del año. Por cierto, esta última carrera en Guanajuato terminó anticipadamente después de solo dos días de competición por la expansión de la pandemia.
Pues bien, a pesar de este complejo escenario que dibuja la enfermedad, el promotor del WRC no tira la toalla. Es más, continúa mirando hacia adelante con sus planes para tratar de alcanzar las seis o siete citas. No obstante, las opciones resultan muy limitadas en un campeonato que deberá esperar al menos hasta finales de septiembre para regresar a la acción.
De hecho, si miramos las citas pendientes en el calendario original de 2020, solo aparecen en el horizonte Turquía (24-27 septiembre), Alemania (15-18 octubre), Gran Bretaña-Gales (29 octubre-1 noviembre) y Japón (19-22 noviembre).
Teniendo en cuenta que la prueba otomana se mantiene en el aire y que los rallyes germano y británico dependen en gran medida de la venta de entradas -Japón parece seguir adelante-, el Rallye de Italia-Cerdeña gana enteros para encontrar una nueva fecha que le permitiría salir al rescate del certamen.
Para lograrlo contará con el apoyo de los protagonistas del Mundial de Rallyes, desde los equipos, las marcas y hasta la propia organización del WRC.Todos ellos son conscientes de que rescatar la ronda insular se antoja esencial para completar una mini temporada que les permita coronar a un campeón en 2020.
De lo contrario, habría que renunciar a la presente campaña, con lo que ello representa desde el punto de vista financiero, deportivo y comercial, esto último en relación a los fabricantes que tienen en la competición como un escaparate publicitario de sus modelos de producción.