El 'hasta luego' de Citroën en el WRC, cuestión de tiempo

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El imperio rojo de Citroën Racing, aquel que antaño tiñó de su color tantas páginas de la historia del Campeonato Mundial de Rallyes, ha decidido poner punto y final a su andanza en la máxima categoría. Cabe la posibilidad de que terminen su programa a finales de este mismo año o continúen los dos años que restan hasta la llegada de la nueva normativa, posibilidades que nublan el futuro de la marca, justo unos días después de que el Grupo PSA anunciase su proyecto para retornar al Campeonato Mundial de Resistencia con Peugeot Sport.

Esta nueva generación de World Rally Cars no ha funcionado del todo bien para Citroën, empezando con un Citroën C3 WRC que no daba los resultados esperados – empezó siendo muy inestable en tierra, aunque en determinadas ocasiones era competitivo y tanto Kris Meeke como Sébastien Loeb lograron victorias con el coche. Para 2019 no solo contaban con Sébastien Ogier y Esapekka Lappi en el equipo, también con un gran trabajo en materia de geometría de suspensión que a priori solucionaba los problemas de estabilidad.

No obstante, y pese a las tres victorias del piloto de Gap, Citroën no ha estado a la altura de sus principales rivales, Toyota y Hyundai, pese a poner toda la carne en el asador con motivo del centenario de la marca. Ogier, quien en reiteradas ocasiones afirmaba que el equipo aún tenía trabajo que hacer con el C3 WRC, ha sido destronado por el que fuera su compañero de equipo en M-Sport Ott Tänak, además de ser superado en la general por Thierry Neuville. De hecho, muchos de los problemas que Ogier y Lappi han tenido este año han sido mecánicos de una u otra índole.

Para 2020 están planeadas unas grandes mejoras en el coche, incluyendo un paquete aerodinámico – muy similar al del Toyota Yaris WRC sobre todo en el alerón trasero – que sería la primera evolución en este apartado desde que salieron los coches de la presente generación. Estas mejoras se vieron en los test previos al RallyRACC con Ogier, Lappi y Eric Camilli al volante así como con Mads Ostberg en unos test que llevó a cabo en Finlandia.

Y es que por esto es una duda el momento en el que se irán, pero está casi asegurado que no estarán a largo plazo según declaraciones de PSA Motorsport recogidas en medios como Motorsport.com. Pierre Budar, responsable del equipo en el WRC, afirmó al medio L'Equipe que todo está marchando de cara a 2020, negociando su continuidad y la de Ogier dentro de la estructura. No obstante, iniciar el camino del WEC y mantenerse dos años más invirtiendo dinero en un programa de carreras sin hibridación alguna hasta 2022 y con un coche que en tres años sólo ha logrado tres victorias frente a sus ilustres antecesores no son los mejores augurios.

Resulta interesante ver el cambio de rumbo del Grupo PSA, motivado sobre todo por la electrificación del mercado de coches de calle que, en la actualidad, es quien dirige el de la competición. En lugar de apostar por los WRC híbridos que entrarán en vigor en 2022, han decidido apuntar hacia el WEC – donde Peugeot tiene una larga tradición que se remonta hasta los años ochenta y noventa con los Grupo C – donde competirán con un Hypercar híbrido a partir del mismo año. Se espera que también continúen con su apoyo a la Fórmula E, donde corre el equipo DS Techeetah, actual campeón mundial de marcas y con dos pilotos de élite como el vigente campeón Jean-Éric Vergne y Antonio Félix da Costa.

En lo que respecta a los WRC híbridos también hay un dato que resaltar: las numerosas ocasiones en las que Budar instaba a la FIA a que la planificación para establecer la normativa técnica de los WRC híbridos fuera tal como estaba prevista. La próxima reunión del Consejo Mundial está prevista a finales de este año y en ella debería establecerse el reglamento técnico de 2022, el cual se considera uno de los motivos de la marcha de los de Versalles. La junta directiva no apoyará tres programas de carreras con sistemas de propulsión similares y, frente a las dudas del WRC, han dado luz verde a la ya establecida normativa de los Hypercar, donde convivirán modelos híbridos con motores de combustión tradicionales.

La situación de Ogier de momento es de incertidumbre, pues si Citroën continúa se quedará el año que le queda de contrato antes de retirarse - no obstante, eso dejaría a Citroën sin un piloto de élite para 2021, solo un año antes de marcharse. En el caso de Lappi, sus opciones son más bien escasas ya que Hyundai ya cuenta con sus filas llenas (con Tänak, Neuville, Sordo y Loeb formando un dream team a la espera del papel que desempeñarían Breen y Mikkelsen, en caso de quedarse) y Toyota podría quedarse con Ogier en caso de no seguir con Citroën, rumoreándose que completaría su formación con Elfyn Evans y Kalle Rovanperä.

Hay que recordar que se trataría en todo caso de un 'hasta luego' o un 'hasta pronto', teniendo en cuenta que Citroën ya estuvo fuera del WRC en dos ocasiones a nivel oficial: una en 2006 para desarrollar el C4 WRC y otra en 2016 para centrar sus esfuerzos en el C3 WRC - en esos años Kronos Racing se encargó de las operaciones con el Xsara WRC y PH Sport con el DS3 WRC de manera respectiva. Contemplando la historia de puerta giratoria de los programas deportivos de PSA, no sería descabellado que en el futuro volviera a decantarse por los rallyes con la marca de los dos chevrones, la que empezó su andanza con los Kit Car (animada por el éxito de los coches de Piedrafita Sport en España) y llegó a ser un imperio imbatible.