El Rallye de Suecia de 1981 fue un punto de inflexión en la historia del Mundial de Rallyes. En aquella edición del clásico sueco Audi lograba su primera victoria en el campeonato de la mano de Hannu Mikkola.
El finlandés volador daba al fabricante germano y su novedoso Quattro el primero de los 24 triunfos que a lo largo de los años sumarían en el WRC. La tracción total del coche teutón hizo imbatible a un Mikkola que dominó con mano de hierro la prueba, aventajando en casi dos minutos al segundo clasificado, el también finlandés, Ari Vatanen (Ford Escort RS 1800 MKII).
Audi y su tracción a las cuatro ruedas variaron para siempre jamás la historia futura del Mundial de Rallyes. Lo que de inició pareció un movimiento ingenuo de una marca sin tradición en la especialidad se convirtió, pocos meses después, en la demostración del camino a seguir por todas las marcas que competían y vinieron a competir posteriormente al WRC.