“El volante desarrollado por Guidosimplex tiene dos aros extras, uno debajo del de dirección para frenar y otro encima para acelerar, mientras que a la derecha tengo la palanca del cambio con el gatillo del embrague”.
“Al principio me costó adaptarme, pero ahora ya lo tengo todo completamente automatizado”.
El Dakar 2018 arrancará el 6 de enero, aunque la mayoría de participantes han pasado entre ayer y hoy las verificaciones. Es el caso del prototipo BV6 del Repsol Rally Team con el que Isidre Esteve afrontará el rally más duro del planeta. Su particularidad es que cuenta con los mandos adaptados en el volante. Este mecanismo desarrollado por Guidosimplex permite al ilerdense conducir al máximo nivel pese a su lesión medular y, de paso, convierte al motorsport en un ejemplo único de deporte inclusivo en el que deportistas con y sin discapacidad compiten de igual a igual.
“Que vaya en silla de ruedas no me impide pilotar un vehículo competitivo, cuya única diferencia son los mandos adaptados que me permiten conducir sin usar las piernas”, afirma un Isidre Esteve que, en su segunda participación consecutiva en coches, se ha propuesto plantar cara a los mejores y pelear con ellos por acabar el Dakar entre los 20 primeros.
El mecanismo consta de dos aros acoplados al volante para frenar y acelerar, además de un gatillo de embrague en el pomo del cambio secuencial. “Manejar con las manos la dirección, el freno, el acelerador y ahora con este modelo también el cambio secuencial me supone mucho trabajo. Al principio me costó, aunque reconozco que me he adaptado mucho más rápido de lo que imaginaba”, explica el de Oliana.
Para arrancar, acciona el botón del embrague con la mano derecha, la misma con la que introduce las marchas. Mientras tanto, con la izquierda acelera y controla la dirección. Una vez en marcha, frena y acelera indistintamente con ambas manos, al tiempo que hace girar el volante. Sólo despega la diestra esporádicamente para subir o bajar velocidades con el cambio secuencial. “Es más difícil de explicar que de manejar. La verdad es que tardé muy poco tiempo en tenerlo todo completamente automatizado y manejar los mandos casi sin pensar”, explica el piloto de ilerdense.
El sofisticado sistema cuenta con una centralita electrónica para controlar embrague y acelerador, mientras que el frenado es mecánico. Todo el mecanismo tuvo que ser revisado a conciencia por los técnicos del preparador francés Sodicars Racing y David Pigem, mecánico del Repsol Rally Team, a su llegada a Lima. No en vano, la electrónica es la parte más sensible a las extremas condiciones climatológicas sufridas por el navío que transportó los vehículos de Francia a Perú en alta mar durante casi un mes.
Hoy, la montura de Esteve, con motor BMW 3 litros diésel biturbo de 340 CV, tracción 4x4, chasis tubular y neumáticos BFGoodrich pasa las verificaciones en Lima, donde el día de Reyes arrancará la 40ª edición del Dakar. Por delante, a Isidre Esteve y a su copiloto Txema Villalobos les aguardarán 14 apasionantes etapas por Perú, Bolivia y Argentina. “Llevamos ya casi una semana en Sudamérica y tenemos muchas ganas de que empiece la carrera. Son días extraños en los que la espera se hace eterna”, confiesa el piloto de Repsol y Onyx Seguros.
Isidre Esteve vivirá en 2018 su tercer Dakar en coches y el 13º total, sumando los 10 en motos que disputó antes de sufrir en 2007 una lesión medular como consecuencia de una caída en la Baja Almanzora (Almería) en la que se fracturó las vértebras T7 y T8. Desde entonces y con la ayuda del Cojín Inteligente, Isidre Esteve se ha convertido en un ejemplo de superación que le ha permitido practicar con normalidad su gran pasión: el motorsport.