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A principio de los años setenta del siglo pasado, Alpine era una marca que desprendía competición y rallyes por todos sus poros. Pero todo el esplendor de este fabricante, junto a Renault, fue quedando relegado a los libros de historia hasta que en los últimos tiempos la firma del rombo se concienció en recuperar una marca con tanta solera en competición.
La próxima temporada Alpine será el nombre oficial del equipo de Renault en la Fórmula 1, con el esperado regreso de Fernando Alonso, pero antes de centrarnos en su futuro en los circuitos, el pasado fin de semana Alpine volvió a ganar en una cita del Mundial de Rallyes.
Fue en el Rallye de Monza, donde se puso punto y final a la caótica y atípica temporada 2020 del WRC. En la cita transalpina, un Alpine A110 Rally R-GT pilotado por el francés Pierre Ragues, con Julien Pesenti a su derecha, fue el mejor vehículo dentro de la categoría RGT.
Los franceses se impusieron a cinco equipos rivales, donde había un par de Abarth 124 y tres Porsche 997. En un rallye súper complicado por las cambiantes condiciones meteorológicas, la nieve de los tramos de la etapa del sábado y el barro de las súper especiales en Monza, Alpine volvió a disfrutar de las mieles del éxito en un campeonato donde se alzó con el primer título mundial de marcas en 1972.