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La edición de 1990 del Rallye de Finlandia marcó historia en el Campeonato Mundial de Rallyes, pues por primera vez desde su edición inaugural en 1951 el ganador no provenía de un país nórdico. Carlos Sainz consiguió romper una tradición de varias décadas al imponerse con su Toyota Celica GT-Four ST165, logrando una victoria que le llevaría unos tres meses después a hacerse con su primer título mundial – en esta edición se cumple el cuarto de siglo desde aquel hito del ‘Matador’ y su copiloto durante tantos años, Luis Moya.
Aquel triunfo no empezó de la mejor de las maneras, pues dos días antes, en un entrenamiento nocturno en el tramo de Vasalla sufrió un accidente – tras un rasante se encontró dos coches en mitad de la carretera, frenó de repente y golpeó en el lado izquierdo, lastimándose el pie. Pese a los cuidados de su fisioterapeuta, Sainz se vio obligado a hacer todo el rallye con una zapatilla deportiva en lugar de los botines habituales, como se puede leer en una antigua entrada de Scratch.
La competencia a la que se enfrentaba Sainz era, cuanto menos, imponente: mientras que un joven Marcus Grönholm se unía al equipo oficial de Toyota, Didier Auriol y Juha Kankkunen competían con los Lancia Delta Integrale 16V, cuatro Ford Sierra Cosworth 4x4 liderados por Malcolm Wilson, Mazda con Timo Salonen y Hannu Mikkola, Subaru con Markku Alén y Mitsubishi llevaba dos Galant VR-4 con Ari Vatanen y Kenneth Eriksson al volante.
Auriol, principal contrincante de Sainz por el título, cayó en el primer tramo al chocar contra un árbol, dejando a Kankkunen por delante del madrileño al final del primer día. La suerte de ‘KKK’ se vino abajo en el cuarto tramo del viernes, cuando el cable del acelerador se partió y tuvo que abrir el capó para accionarlo con un alambre mientras su copiloto, Juha Piironen, llevaba el volante del Delta. Esto les costó cinco minutos que no podrían recuperar, aunque después lograron escalar hasta la quinta posición al final de la prueba.
Vatanen se vio por primera vez en condiciones de ganar un rallye desde que tuviera su tremendo accidente en 1985 con el Peugeot 205 T16, recortándole a Sainz medio minuto en los tres primeros tramos del domingo. De cara al último bucle, Sainz no sólo decidió ir a por una victoria para la que se habían motivado en especial días antes, sino que montó una especificación de neumáticos con la que no habían competido con anterioridad.
La apuesta del madrileño dio resultado, igualando los tiempos del rejuvenecido Vatanen y su compañero Eriksson para asegurar la tercera victoria de la temporada, una tan lograda como inesperada por la organización ya que no tenían preparado el himno de España – era la cuadragésima edición y nadie que no viniera de Finlandia o Suecia había logrado ganar. De este modo, Sainz demostró que era posible después de todo, algo que comprobó Auriol dos años después. Los otros tres pilotos ‘extranjeros’ que han logrado esta gesta en toda la historia han sido Markko Martin (proveniente de Estonia, donde la velocidad máxima de los tramos es similar a la de Finlandia) y los campeones galos Sébastien Loeb y Sébastien Ogier.
Clasificación Final Rallye de Finlandia 1990: