El Supercampeonato de España de Rallyes escribe los capítulos más emocionantes y competitivos de su historia. La fórmula mixta se establece en un país que, hace menos de un lustro, nutría a los pilotos más reputados con solo un firme. El nivel alcanzado por el certamen nacional ha convertido a los aspirantes al título en máquinas de establecer registros estratosféricos. Pero todos cometen errores... salvo Pepe López.
El madrileño mantuvo la compostura en uno de los fines de semana más difíciles de su trayectoria deportiva. La ventaja de su victoria engaña. Aunque el abandono de Alejandro Cachón en la primera especial del sábado le despejó el camino, el pupilo de Teo Martín nunca rodó cómodo con el Hyundai i20 N Rally2 que aquí estrenaba. Además, necesitaba comprender el funcionamiento de unos neumáticos completamente nuevos.
Pero esa falta de confort la subsanó el bicampeón con la templanza de siempre. Aunque hubo tramos en los que asumió más riesgos de los habituales en la defensa del liderato, López respetó la delgada línea roja que separa la gloria del desastre, optando incluso por descartar su candidatura al scratch del TC Plus. El botín del triunfo primaba y no volvería a excederse en unas carreteras que se cobraron decenas de bajas.
Mientras el vencedor afrontó unas últimas cronometradas relativamente tranquilas, a su espalda se desarrolló una intensa batalla entre Iván Ares y Efrén Llarena. Al gallego le tocaba remontar después de un viernes oscuro. El año pasado erró al centrar todos sus esfuerzos en mejorar sobre tierra, circunstancia que pagó en su vuelta a la superficie que conquistó, también defendiendo los intereses de Hyundai, en la campaña 2017.
El de MRF Tyres, por su parte, encaraba la segunda cita del Supercampeonato con la mente dividida. Por un lado, el 45º Rally Islas Canarias del Europeo. Al archipiélago acudirá Llarena con la experiencia acumulada en Córdoba, no más. Por el otro, los puntos. Su éxito en el 'Tierras Altas de Lorca' le hacía llegar a territorio andaluz al frente de la tabla. La competitividad le pudo. En absoluto regalaría la medalla de plata.
El del Hyundai i20 N Rally2 comenzó el bucle decisivo a 0.9" de su rival, pero el burgalés golpeaba fuerte con un contundente scratch en 'Villaharta-Pozoblanco'. Había endosado 5.9" a su perseguidor. Las aguas se calmaron... apenas en el enlace, porque Ares se desató en el frenético descenso de 'Cerrobejuelas' y obligó a Llarena a contentarse con el bronce y a ceder la batuta de mando del S-CER por la mínima de las diferencias.
Surhayen Pernía se descolgó de la pugna por los puestos de honor con un error en una frenada en la sección matinal. A partir de ahí le resultó imposible remontar. Los relgajes del Hyundai i20 N Rally2 necesitan ser pulidos para que el cántabro pueda desplegar con naturalidad el ritmo con el que cerró su aventura con el i20 R5. No tardó en aceptar la situación y en reducir una marcha para evitar sobresaltos.
El top cinco del máximo certamen de la Real Federación Española de Automovilismo lo cerró Roberto Blach con el Peugeot 208 Rally4. El de Arteixo concluye con doble recompensa: la corona de laurel en la Beca RTS Júnior y el mismo premio en la categoría Rally4. Diego Ruiloba le incordió hasta que un pinchazo le hacía perder más de 1' en la primera pasada por 'Cerrobejuelas'. Para el joven asturiano fue el sexto puesto.