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Ausente desde el inicio de la temporada, Adrián Díaz volverá a ponerse el casco este fin de semana, aunque realizando una tarea no tan habitual a lo largo de su dilatada carrera deportiva. Después de brillar en el asiento izquierdo, con varios títulos nacionales y un paso por el equipo oficial de la marca Suzuki que justifican una dilatada experiencia, el lucense probará ahora las sensaciones en el asiento del miedo.
Mientras intenta fraguar un programa que le traiga de vuelta a las carreras para este final de temporada en Galicia, especialmente para poder disputar las citas que se disputan en suelo lucense con un coche puntero, Díaz tendrá la oportunidad de acompañar a su hermano en el próximo Ribeira Sacra, carrera en la que se sentarán en un Peugeot 205 con el que esperan pelear por las posiciones de gloria de la Pirelli AMF.
Desde su marcha del equipo Suzuki, sus oportunidades en los tramos han sido más bien escasas, con apenas cuatro carreras en dos temporadas. La pasada temporada, apunto estuvo de repetir la gesta del 2017, cuando venció el San Froilán con el Skoda Fabia R5. En el presente 2019, su única aparición por el momento tuvo lugar en el Bierzo, donde junto a Andrea Lamas terminaron en segunda posición.