Son muchos los pilotos que en el momento que pueden poner a sus hijos detrás de un volante lo hacen, lógicamente Albert Orriols no podía ser menos, pero en su caso fue de una forma muy especial.
En principio su hijo Guillem Orriols, -no es que tenga pensado dedicarse al automovilismo de competición-, pero su padre, Albert aprovechando los excelentes resultados en su carrera aeronáutica decidió premiar a Guillem con un rallye, pero no uno cualquiera, ademáera el rallye de casa, el Ral.li Osona.
Y para tal regalo nada menos que un Peugeot 208 Rally4, “el coche de moda” y la verdad que Guillem Orriols no lo hizo nada mal, sino todo lo contrario, al principio con una evidente prudencia, pero se fue descarando con el paso de los tramos consiguiendo muy buenos cronos y redondeando una muy buena actuación. La felicidad fue completa en la familia Orriols con la victoria arrasadora de su padre Albert con el Skoda Fabia R5 que lo ganaba todos los tramos y por supuesto el rallye.
Pese a esta gran actuación Guillem en el mundo de los rallyes el muchacho no tiene previsto dedicarse al no ser que sea de forma puntual, lo que si será fácil es subir un día a un avión y que oigamos por los altavoces que el comandante Orriols pilota el avión que nos lleve a nuestro destino.
