El 6 de febrero de 2011, Robert Kubica sufrió un grave accidente mientras disputaba el Rallye Ronde di Andora, al norte del país transalpino. El piloto polaco, por aquel entonces en el equipo Lotus Renault de la F1, sufrió tal accidente que el guardaraíl atravesó su Skoda Fabia S2000. Tan solo tenía 26 años aquel 2011, y su carrera se vio truncada desde entonces tras graves lesiones en la mano que casi terminan con la amputación.
Robert siempre quiso volver a la F1 después del fatídico accidente, pero nunca fue el mismo. Tardó siete años en volver a subirse a un monoplaza, ya con 34 años. Actualmente es piloto probador del equipo Alfa Romeo. Parece volver a sentirse rápido y él mismo ha declarado que espera tener alguna oportunidad de disputar alguna carrera este 2021.
No suele comentar lo sucedido en 2011, pero recientemente lo hizo en unas declaraciones para el medio iDNES.cz. "Mi mayor victoria en la vida es que después de este accidente superé todas las dificultades”, dijo Kubica, "aprendí a vivir con quien soy ahora", añadió para iDNES Premium.
Después de probar varias modalidades tras su accidente, Kubica confiesa que "lo mejor es conducir un coche de F1”, pero lo peor que ha podido experimentar “es ver a los demás competir cuando uno no puede", añadió. También quiso comentar una anécdota, y es que el piloto de Alfa Romeo siempre quiso llevar en las competiciones la imagen de una persona especial para él: “Sé que se ha escrito mucho sobre tener una imagen del Papa Juan Pablo II en la cabina. Lo llevé conmigo por admiración y respeto, porque es una figura importante en la historia de Polonia”.