En una jornada marcada por una tormenta de arena y la interrupción de la especial, el piloto ilerdense y su copiloto Jaume Betriu han finalizado la primera parte de la maratón en la octava posición de la categoría Challenger.
A pesar de las incidencias técnicas que persisten en el Taurus T3 Max, el Pons Rallysport ha conseguido salvar los muebles y marcar un ritmo sólido.
“Lo estamos haciendo bien, estamos corriendo todo lo que nos permite el vehículo y aprendiendo, aunque no podemos aprovechar todo el potencial del coche”.
El Abu Dhabi Desert Challenge (ADDC) ha vivido una tercera etapa caótica. En la primera parte de la maratón, una tormenta de arena ha puesto al límite a los competidores y ha obligado a dirección de carrera a interrumpir la especial en el kilómetro 157 para no comprometer la seguridad. En este escenario, Eduard Pons y Jaume Betriu han marcado el octavo* mejor crono del día de la categoría Challenger, un resultado que les permite mantenerse en la séptima plaza de la general.
“Desde el inicio, ha habido mucho viento y era muy complicado ver el recorrido. En la zona de repostaje, esta situación se ha intensificado y han decidido parar la carrera. El desierto estaba impracticable”, ha explicado Pons.
A la complejidad del día se ha sumado el problema de ventilación del Taurus T3 Max de la estructura Nasser Racing. Como en la jornada anterior, el equipo ha optado por reducir la presión del turbo para proteger el motor, lo que ha vuelto a limitar el rendimiento del vehículo, lógicamente.
“Es una lástima porque no podemos aprovechar todo el potencial del coche. Tiene un problema de fábrica y no rinde como debería. Pese a ello, lo estamos haciendo bien, estamos corriendo todo lo que nos permite el vehículo y aprendiendo. Cada vez me siento más cómodo en la arena, y al final, estamos cumpliendo con el objetivo de sumar experiencia. Jaume está haciendo un gran trabajo con la navegación y seguimos avanzando”, ha destacado el piloto.
Pese a las condiciones meteorológicas adversas y a los problemas técnicos que ha arrastrado desde el inicio del rally, el Pons Rallysport ha conseguido salvar la jornada con un buen resultado y seguir con su rodaje sobre las dunas.
Antes de reanudar la marcha este miércoles 26 de febrero, los participantes deberán pasar la noche en pleno desierto sin asistencia mecánica ni ayuda de su equipo, un desafío añadido en esta exigente competición. La cuarta etapa, la penúltima del ADDC, tendrá un recorrido de 394 kilómetros, de los cuales 300 serán contra el crono.
