Sébastien Ogier ha tenido un día duro de test con el Ford Fiesta WRC preparando el Rallye de Portugal, próxima prueba del Campeonato Mundial de Rallyes. Durante el test (realizado en la zona de Viana do Castelo) ha dañado la transmisión de su montura, teniendo que ser remolcado hasta el service del equipo M-Sport dado que no podía llegar por sus propios medios.