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La vida de todo deportista de élite tiene momentos claves que marcan su camino a lo largo del tiempo: el debut, el primer triunfo, la consagración…todo cobra sentido una vez alcanzado el objetivo mayoritario, pero, antes de ello, muchas veces a la sombra, queda el duro trabajo para alcanzar esa meta.
Para Jan Solans dar el máximo en un entorno hostil no es nada nuevo. El año pasado demostró con creces de lo que es capaz, llegando a un Junior WRC con rivales más experimentados y venciéndoles sobre el terreno en el que según las apuestas más iba a sufrir.
Una vez logrado el título ahora toca dar un paso más en su carrera. Hoy inicia su andadura oficial en el WRC 3, la antesala de la categoría reina del Mundial de Rallyes y donde el de Matadepera se deberá batir el cobre contra auténticos lobos de la especialidad.
Juventud y talento contra experiencia y kilómetros
El pequeño del clan Solans antes del Rallye de Estonia de este fin de semana solamente ha corrido una prueba con un vehículo de la clase RC2, fue el RallyRACC de 2019. Precisamente, desde la cita de casa no ha vuelto a competir, así que lleva diez meses sin ponerse el casco para luchar contra el crono.
Este será, seguramente, el gran hándicap del ‘Pinsà’, que pudo quitarse el óxido de la inactividad la semana pasada durante dos jornadas de test en Polonia al volante de su Ford Fiesta Rally2. Además, en Estonia, un rallye completamente nuevo para él, se deberá enfrentar a otros 29 pilotos bragados en mil batallas a lomos de coches Rally2 -antiguos R5-.
Mads Ostberg, Nikolay Gryazin, Pontus Tidemand, Ole-Christian Veiby, Jari Huttenen, Oliver Solberg…y no están todos. ¿Qué tienen en común los pilotos citados anteriormente? Que tomarán la salida del rallye báltico con más de 1.500 km de rodaje con sus vehículos, mientras que Jan lo hará con apenas un rallye y un par de días de test a su espalda.
Cabeza fría, corazón caliente
Es obvio que, ante tal tesitura, el campeón del mundo junior de 2019 se haya tomado esta atípica y complicada temporada 2020 como el año en el que ganar la mayor experiencia posible en rallyes en los que no ha competido con anterioridad.
Solans no se ha marcado un resultado en concreto como objetivo. Su planteamiento de carrera será ir de menos a más, ganando confianza con el paso de los kilómetros y, si todo va sobre el plan establecido, intentar ser el mejor Ford Fiesta Rally2 clasificado…
No lo tendrá fácil, la jungla del WRC2/3 es aterradora y todos van con el cuchillo entre los dientes. Pero el bueno de Jan sabe que, si quiere labrarse un futuro en el Mundial, debe empezar, desde ya, a enviar esos mensajes -llámese velocidad, destellos, etc.- de los que siempre habla su mentor Carlos Sainz. Talento y motivación no le faltará, seguro, así que el destino está en sus manos. Vuelve a alzar el vuelo -con Red Bull- como tú sabes, pequeño ‘Pinsà’.
