Su pasión por el mundo del motor le llevó desde un principio a ser una de las figuras imprescindibles del Rallye de Ourense. Además, su buen hacer en la carrera gallega, le convirtió en una de las personas más solicitadas para formar parte de los equipos de dirección de carrera de muchos rallyes de nuestro país, como incluso por ejemplo el Rallye RACC de Catalunya, puntuable para el campeonato del mundo.
Con su buen carácter se hizo querer por todos los aficionados al deporte del motor, no solo gallegos, sino que su figura también se hizo enormemente reconocida fuera de los límites geográficos gallegos. Desgraciadamente, una enfermedad muy agresiva le llevó a fallecer hace dos días, tiñendo de luto a la gran familia que forma el automovilismo en España.