Cuenta sus participaciones por victorias en el nuevo año. En un plazo de un mes ha celebrado su tan ansiado triunfo en el Dakar saudí y otras dos primeras posiciones en el Campeonato de Oriente Medio de Rallyes. Que perdiese el título de su región la pasada temporada no puede catolagarse con un sustantivo antónimo a accidente. Un incendió devoró su Volkswagen Polo GTI R5 y le privó de la decimoctava corona.
Pero este fin de semana no fue cuestión de coser y cantar para Nasser Al-Attiyah. La visita de dos pilotos con experiencia mundialista como Kris Meeke y Mads Ostberg obligó al catarí a rendir al máximo desde la especial de apertura hasta la de cierre. Tanto el británico como el noruego se mostraron sobre sus Škoda Fabia Rally2 Evo, por momentos, superiores al ídolo local, que en la etapa de ayer no logró ningún scratch.
Ostberg, a pesar de abrir pista por su condición de líder nocturno, se defendió con uñas y dientes de su inmediato perseguidor en los tramos de la mañana, pero un pinchazo en el neumático trasero izquierdo le haría descender a la segunda plaza. El nórdico ya no entorpecería más el camino de Al-Attiyah hacia el peldaño más alto del podio. Ni siquiera figuró en el cajón, retirándose por culpa de una fuga hidráulica.