Ligato: "Volví con las mismas ganas y mi nivel de competitividad está intacto"

Twitter: @Mazzucchelli_L

En 2018, Marcos Ligato tenía todo preparado para afrontar su retiro de los rallyes. Competiría en la primera fecha de los campeonatos Argentino y CODASUR como entrenamiento para lo que sería su despedida de honor: el Rally de Argentina sobre un Ford Fiesta WRC de M-Sport. Pero aquel primer trimestre del año pasado alteró los planes del cordobés, quien se vio forzado a reorientar su vida ante el diagnostico de un linfoma en sus ganglios. Hoy, a un año de aquel episodio, logró superar su afección y volvió a la competición con un emotivo triunfo en el Rally Argentino.

“La enfermedad comenzó en octubre del 2017, con fuertes dolores en la ingle y el abdomen”, relató Ligato al medio argentino Olé. Según detalló el cordobés, los primeros meses de convivir con su linfoma han sido muy estresantes y dolorosos, ya que los especialistas no podían detectar cual era el síntoma exacto que había frustrado su despedida como piloto.

“Los primeros médicos que me vieron no sabían qué tenía. Me diagnosticaron una enfermedad auto inmune y después me atendió un hematólogo”, agregó Ligato. “Al principio los dolores se fueron por los corticoides que me dieron. Pero a los veinte días regresaron. En febrero del año pasado corrí como pude la primera fecha del Rally Argentino. Estuve a punto de no competir por el dolor”.

“Después, en marzo del año pasado, fui a Paraguay para la primera fecha del Rally CODASUR y ahí sí, directamente no pude correr por los dolores que tenía”, detalló Ligato. “Tampoco pude hacer la cita del WRC en Argentina del año pasado. Quería retirarme ahí. Tenía todo armado, iba a ir a probar a Portugal y hasta había girado parte del dinero a Inglaterra por el alquiler del auto. Pero no lo pude hacer”.

“Terminé en un hospital por los dolores que sentí en Paraguay. Cuando volví a la Argentina, fui a ver a los médicos y en ese momento me hice un estudio en el cual pudieron descubrir que mis ganglios estaban hasta cinco veces más grandes del tamaño normal”, explicó el piloto de Río Ceballos en Olé.

“Me hicieron un PET (Tomografía por Emisión de Positrones) que te marca las probabilidades de tener células malas y el resultado dio muy alto. Estaba muy mal, porque los ganglios se volvieron tan grandes que me habían apretado el intestino y estaba constipado. Entonces en abril comencé con la quimioterapia”, dijo el cordobés.

Pese a tener que afrontar un proceso tan delicado, Ligato explicó que siempre encontró fortaleza para llevar adelante aquel delicado tratamiento y su posterior recuperación. “Después del diagnostico llegó la internación y el aislamiento por un mes. Lo único que ví durante ese tiempo fueron los ojos de las enfermeras, porque entraban todas tapadas. Me tuve que preparar psicológicamente para ese momento”.

“La palabra cáncer es la más fea del diccionario. Francamente nos sorprendió a todos porque en mi familia no había ningún antecedente. Fue muy fuerte, pero no por eso me puse a pensar en ‘¿por qué a mí?’ ni nada de eso. Me puse a pensar para adelante y traté de superarlo con el tratamiento”, comentó el piloto de 41 años.

“Soporté la quimioterapia y trabajaba como podía. La primera sesión fue tan fuerte que luego no quería volver a mi casa para que mi familia no me viera en mal estado. Las siguientes sesiones las soporté mejor, porque además ya no es como hace diez años. Hoy la quimioterapia es más directa y ataca de forma más localizada”, dijo Ligato.

“En octubre del año pasado, me hicieron un auto trasplante de médula. Fue un tratamiento de mucho riesgo. Me extrajeron células madre y después me hicieron quimioterapia muy fuerte para matar todas las células, las buenas y las malas”, detalló Ligato. “Me había quedado sin defensas, por eso pasé un mes aislado. Mi médula se paró a cero y ahí los médicos inyectaron lo que me habían extraído. El riesgo fue alto porque cualquier virus que me contagiara podía ser terrible al no tener defensas. Pero por suerte salió todo bien y hoy lo cuento como una anécdota”.

Tras este difícil momento, el ex piloto del Mundial de Producción detalló que la recuperación marchó de forma favorable. Con su salud evolucionada, Ligato decidió restar cargas a su ajetreada vida como responsable del Tango Rally Team y de otras empresas. Su objetivo estuvo apuntado a enfocarse más en su salud y a pasar sus últimas épocas como piloto centrado en la conducción de un coche de rally.

“Mi recuperación fue rápida, le puse mucho coraje. Llegué a sentirme tan bien que quería correr la última fecha del Rally Argentino del año pasado, pero los médicos no me lo permitieron”, confesó el cordobés al sitio Olé.

“La venta del Tango Rally Team fue por lo que había pasado. Tenía que calmarme un poco porque no me detenía ni un segundo”, agregó el piloto de Río Ceballos. “Tengo una empresa en Entre Ríos y una agencia de motos. A eso le sumaba el equipo, al cual había que prestarle mucha atención en cuestiones de armado, logística, etcétera. En cambio ahora, para competir, solo tomo mi buzo, mi casco y voy a correr”.

“Al equipo lo compraron Alejandro y Diego Levy. Enseguida me dijeron que me querían ver corriendo con el equipo si mi salud me lo permitía. Así que acá estoy. Hace dos semanas me hice un estudio que salió bien y pude recibir el 'ok' para correr. De ahora en más tengo que hacerme controles cada seis meses. En cuanto al rally, volví con las mismas ganas y mis niveles de competitividad están intactos”, aseguró Ligato.

Con respecto al futuro, el piloto del Tango Rally Team explico que su 2019 estará centrado en la competición nacional de Argentina, ya que su ambición por retirarse sobre un WRC se ha vuelto inalcanzable a raíz de la situación económica de su país. Algo es seguro, Ligato tendrá un año activo en lo que, según comentó, sería su última temporada como piloto, y esta vez si sería un retiro definitivo.