Segundo 'Islas Canarias' que los rallyes arrebatan con crueldad a Luis Monzón

Luis Monzón hizo soñar a la afición canaria con una nueva victoria local en la prueba automovilística más importante del archipiélago. Desde la temporada 2009 no se festejaba un resultado así en la clasificación FIA del Rally Islas Canarias. El fin de semana del satuteño comenzó con el mejor registro en el 'Qualifying Stage'. En la jornada siguiente impuso su ritmo y accedió a un liderato que solo el infortunio le arrebataría.

El piloto de Skoda Canarias afrontaba su segunda participación en la cita internacional con el artefacto checo. El año pasado fue más difícil aguantar el ritmo de cabeza. Un superlativo Alexey Lukyanuk impartió un recital de conducción con el Citroën C3 Rally2. Esta temporada, con la ausencia del ruso, contempló el surgimiento de una oportunidad única y quién sabe si irrepetible. Aprovecharla se convirtió en obligación.

Monzón probó varias soluciones en un test privado realizado la semana anterior al evento del año, cambiando incluso de suminstrador de neumáticos. El rendimiento de los últimos compuestos desarrollados por Pirelli le cautivó. No dudó en apostar por ellos para lanzarse a por el triunfo. Los registros que estableció mientras duró en carrera respaldaron su decisión. El acierto fue mayúsculo, pero el azar tenía otras ideas.

En el bucle matinal de la etapa del viernes sorprendió a los habituales del Campeonato de Europa con un ritmo endiablado. En la especial de apertura cedió el scratch a Efrén Llarena. En las dos posteriores reaccionó con contundencia. En 'Santa Lucía' endosó 6.8" a su rival más próximo por aquel momento, el francés Yoann Bonato. Luego amplió esa diferencia en 2.8" con otra excepcional marca en 'Tejeda'. Mañana brillante.

En la repetición de esas cronometradas Nil Solans disminuyó en unas décimas la ventaja del líder. El del Volkswagen Polo GTI R5 ofreció su versión más competitiva para mantener el tipo frente a Monzón. El tramo que reanudaba las hostilidades el sábado tendría mucho que decir en la batalla entre el de Santa Brígida y el de Matadepera. En los casi treinta kilómetros de 'Moya' el bicampeón nacional golpeó de nuevo.

En el camino hacia 'Arucas' se reajustaron los tiempos de la neutralizada 'Santa Lucía' y el colchón de Monzón sobre Solans se redujo a la mitad. No se le presentaría la oportunidad de continuar defendiendo una posición de la que nadie le había desbancado desde el TC-3. Un tornillo de un reductor de velocidad situado en el enlace se clavó al neumático delantero izquierdo de su Skoda Fabia Rally2 Evo. El sueño se esfumó.

Llarena avistó ese tornillo en la rueda y se lo comunicó a Monzón, aunque no habría opción de cambiarla. Ya habían pasado el control horario de salida. Las posibilidades del tercer triunfo en el 'Islas Canarias' dependerían de la diosa Fortuna. Esta decidió oponerse. En una curva a derechas el neumático perdió toda la presión. Con uno de los zapatos de su montura en llanta revivió la agria experiencia de 1992.

En aquella edición del entonces denominado Rally El Corte Inglés, el grancanario inició la última tarde de acción en las carreteras al frente de la general. Monzón, armado con un Lancia Delta HF Integrale, se había recompuesto a un llantazo en la etapa del jueves con una meteórica remontada. Piero Liatti, vigente campeón continental con un Lancia Delta Integrale 16V, había arrojado la toalla tras sufrir problemas mecánicos.

En la penúltima especial del itinerario, la combinación entre los factores juventud y presión mediática le abocó a un error garrafal. Un fallo de concentración terminó en un toque con consecuencias fatales. Los daños en la rueda delantera izquierda del Lancia impideron continuar a un Monzón que perseguía su primera victoria en el evento más prestigioso de su tierra. Treinta primaveras después, la historia se volvió a repetir.