La temporada de Alberto Monarri en el Campeonato de Europa de Rallyes alcanzó en Polonia su punto más bajo. El madrileño abandonó en la superespecial de apertura por un fallo en un sensor. Los infortunios mecánicos continuaban cebándose con su Suzuki Swift R4LLY S. Cada fin de semana aparecía un problema que le impedía luchar por las victorias frente a su compañero Joan Vinyes... menos en tierras transalpinas.
El rey de las monomarcas nacionales se liberó con su triunfo en el Rally di Roma Capitale. Los test realizados en los prolegómenos a la sexta cita del certamen continental sirvieron para reforzar la fiabilidad de un vehículo que había demostrado varios puntos débiles en la primera mitad de la campaña. Además, el resultado cosechado en Italia permite a Monarri seguir involucrado en la batalla por el entochado en ERC Open.
El pupilo de Juan López Frade asegura que "necesitaba" un evento sin contratiempos de ningún tipo: "Necesitaba el resultado de Roma para mí, pero también para el equipo. Todos habíamos estado trabajando muy duro durante todo el año y la fortuna no nos estaba acompañando. Pero ahora estoy muy contento, necesitaba esta victoria y ya estamos centrados en continuar de la misma forma en Zlín".
Su camino al peldaño más alto del podio estuvo marcado por las altas temperaturas con las que hubo que lidiar: "Fue realmente duro. Había tramos muy largos y quizá las peores temperaturas para hacer un rally, llegaron a alcanzar los 44º. En esas condiciones tienes que estar muy concentrado porque, con el calor, tu rendimiento puede decaer y cuando te acercas a la meta de las especiales puedes perder la concentración".