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Robert Kubica afronta el Rallye de Gales, poniendo punto y final a una desafortunada campaña 2015 para él y su equipo RK World Rally Team. Los complicados tramos de barro y tierra – además de la constante niebla y lluvia de los bosques del norte de Gales – hacen de esta prueba una de las más imponentes y míticas del calendario del Campeonato Mundial de Rallyes.
Se trata además de una prueba particular para Kubica, pues fue en Gales donde, hace dos temporadas, participó por primera vez con un coche de la categoría máxima. En aquella ocasión, a bordo de un Citroën DS3 WRC del equipo oficial, acabó fuera de carrera por un accidente en el TC-11. Se trataba del chasis número quince, pilotado de manera previa por Sébastien Ogier, Mikko Hirvonen, Dani Sordo, Chris Atkinson y Khalid Al Qassimi.
En esta ocasión participa con la unidad más reciente del Ford Fiesta RS WRC – el chasis número 49 que lleva utilizando desde Portugal. Se trata de una montura con la que la posibilidad de ganar tramos y liderar etapas está presente, pero la desigualdad entre su equipo y los oficiales está llevando al ex piloto de Fórmula 1 a replantearse su futuro – el cual no parece muy claro y a día de hoy no apunta a que sea una temporada completa en el WRC.
“Es un rallye muy particular, famoso por la niebla, lluvia y barro dependiendo del clima. El año pasado el clima fue bueno y disfrutamos del rallye. Esta vez va a depender mucho de las condiciones una vez más. Hemos aprendido mucho con el equipo RK World Rally Team al completo, pero en muchas ocasiones hemos sido capaces de ganar tramos. De nuevo este fin de semana daremos lo mejor de nosotros y espero que tengamos un rallye limpio”, aseguró el polaco.