En Arabia Saudí, aunque parezca que no, también llueve. En pocas ocasiones, pero llueve. Y cuando las precipitaciones se presentan en el golfo Pérsico lo hacen con una contundencia similar a la de Nasser Al-Attiyah en la etapa de hoy, arrasando con todo. La víctima del líquido elemento, el campamento donde habrían pasado la noche de mañana los coches y sus tripulantes al término de la especial entre Ha'il y Al Artawiyah.
Y no se trataba de una jornada cualquiera para la resolución del Rally Dakar 2022. La piscina en la que se ha convertido el vivac ha obligado a la entidad organizadora a suprimir el temible 'maratón' del nombre de la etapa de mañana. Los equipos se dirigirán a sus respectivas carpas y allí los mecánicos trabajarán en las monturas sin limitación alguna, como en cualquier otro día de la prueba más exigente del planeta.
La suspensión de la misma librará a pilotos y copilotos de ensuciarse las manos una vez concluyan los 338 kilómetros cronometrados. Eso sí, tendrán que realizar un enlace más largo para arribar a Al Qaisumah, lugar en el que les recibirán el resto de integrantes de sus respectivas formaciones. La cancelación de la maratón cambia el planteamiento de carrera, especialmente en que la gestión no será un factor tan fundamental.