“Está siendo una carrera muy difícil, muy dura, un Dakar de verdad, de los que realmente me gusta correr, a los que me adapto bien y en el que me hubiera gustado hacerlo bien”.
Nani Roma ya descansa y se recupera en su casa, después del largo viaje desde Lima y tras pasar ayer por el Institut Quirón Dexeus, donde el doctor Xavier Mir le practicó una revisión a fondo, en la que no se le apreció lesión alguna.
A los dolores, al cansancio y al disgusto por el abandono, se le suma ahora un proceso gripal que tiene en cama, con fiebre, al piloto catalán. “Me encuentro muy cansado, muy chafado... En el hospital de Lima cogí un virus o algo de resfriado que ha derivado en gripe. Encima del dolor de espalda, ahora con todo esto, aún me siento peor”, confiesa el de Folgueroles en un tono apagado de voz.
Pese a ello, Nani procura, como siempre, ver el lado positivo a la situación. “Lo bueno es que no hay nada grave, que los médicos han descartado todo tipo de rotura o lesión de espalda. Por lo tanto, con tratamiento de fisioterapia y reposo recuperaremos el estado físico”.
Pero su cabeza no para de darle vueltas al accidente, al abandono de una edición del Dakar en la que había puesto muchas ilusiones.
“Estoy muy triste y enfadado conmigo mismo”, afirma. “Triste por estar en casa, viendo la carrera desde lejos. Ver que tenía que estar allí y estoy aquí no es nada agradable; es un suplicio, sinceramente. Y enfadado porque, como dije antes de empezar, está siendo una carrera muy difícil, muy dura, un Dakar de verdad, de los que realmente me gusta correr, a los que me adapto bien y en el que me hubiera gustado hacerlo bien”, añade Nani.
Tendrán que pasar unos días para que el piloto de Mini deje de darle vueltas a la cabeza. “Cuando sabes por qué te pasa algo, normalmente lo entiendes. En este caso, al no entenderlo, me cuesta más asimilarlo. Pero bueno, es lo que hay, la vida es así y tenemos que aceptarlo. Vendrán más carreras y tendremos mejores momentos”, concluye Roma.