En su diccionario de competición no figura la palabra rendirse. Hasta la meta se exigirá el máximo sin arrojar la toalla en un solo momento. En dos tesituras completamente opuestas se podrá encontrar el próximo viernes 14. Una de ellas, la del campeón, la de protagonista de una remontada heroica. La otra, la del derrotado. Pero, independientemente del resultado que deba aceptar, se habrá entregado a fondo para alcanzar el éxito.
Para completar la misión de recuperación memorable deberá doblegar a un piloto que conoce a la perfección como se las gasta el Rally Dakar. Aunque en la etapa de hoy haya cedido varios minutos con su rival más próximo, forma parte del plan en la segunda y definitiva semana del raid más exigente del planeta. Errores por exceso de fogosidad le han costado muy caro en ediciones anteriores. No quiere que se repitan.
La pugna entre Nasser Al-Attiyah y Sébastien Loeb se ha tornado en una guerra fría cada vez más cerca del deshielo. Con los mensajes que se envían en la pista clarifican, en caso de que alguien lo dudase, sus intenciones y la diferencia se comprime. En la reanudación de las hostilidades, el nonacampeón del mundo de rallyes se desquitó de su equivocación en el bucle al este de Riyadh con una estratosférica acutación.
Ninguno de los favoritos logró responder con eficacia a un desbocado Loeb que recupera la segunda posición y se sitúa a 44:59 del líder con cinco jornadas por delante. El catarí, conservador en la cronometrada que dirige la caravana hacia la localidad de Al Dawadimi, conserva una renta amplia, pero nunca suficiente en una cita de estas características. Mañana partirá por detrás del alsaciano. ¿Le devolverá la jugada?
En la lucha por los puestos de podio se refuerza la candidatura de Yazeed Al Rajhi, quien pese a ceder su plaza a Loeb, abre brecha con el argentino Lucio Álvarez desde el tercer lugar. Una avería en su Toyota GR DKR Hilux T1+ descarta a Giniel de Villiers, que amanecía cuarto tras la retirada de la penalización que había recibido por pasar por encima de una moto. En las reparaciones, con la ayuda de Henk Lategan, invirtió una hora.
Carlos Sainz mantuvo el pulso a Loeb en los kilómetros iniciales, pero su ritmo con el Audi RS Q e-tron decayó en los parciales finales, concluyendo la especial en tercera posición a 7:43 de la marca establecida por Loeb. Con la tendencia contraria, Stéphane Peterhansel se recompuso a un gris comienzo en el que llegó a rodar en P45 para finalizar cuarto. Nani Roma, por su parte, situó su Hunter BRX T1+ en el noveno puesto.