Las claves de la victoria de Al-Attiyah

Tres años después, retornó al cajón más alto del podio de la cita más importante. Su último éxito lo había cosechado en el Dakar sudamericano. Aunque el cambio de ubicación al golfo Pérsico le convertía en favorito, en las dos primeras ediciones le tocó morder el polvo ante los Mini JCW Buggy de Carlos Sainz y Stéphane Peterhanel. Precisamente en esas derrotas comenzó el camino de vuelta a la cima de Nasser Al-Attiyah.

El catarí encabezó las protestas hacia Amaury Sports Organisation, los organizadores del raid por exclencia, en busca de un reglamento que igualase las prestaciones de los 4x2 diseñados por X-Raid con las de los Toyota Hilux 4x4 de su equipo. Consideraba que partía en inferioridad de condiciones y que así resultaba imposible plantarles oposición no sin antes asumir unos riegos tan altos que terminaban por descartale.

Y consiguió el cambio. ASO y la Federación Internacional de Automovilismo elabroraron un nuevo reglamento técnico con el que nacían los T1+, unos todoterreno tracción total con neumáticos de las mismas dimensiones que los montados por los propulsión trasera y un recorrido de suspensión considerablemente mayor que suprimía cualquier ventaja de los buggies, especialmente en territorio arenoso y mares de dunas.

Y en la puesta a punto del nuevo Toyota GR DKR Hilux T1+ encontramos otra de las principales diferencias con las estructuras rivales. Además de acumular miles de kilómetros de pruebas, en las filas niponas compitieron en la Copa del Mundo de Rallyes Cross Country con Al-Attiyah como representante. Así comprobaron ante el cronómetro si el desarrollo marchaba por el buen camino, mientras Audi y Prodrive solo testaban.

Pero el 'Príncipe del Desierto' no preparó su asalto al Dakar exclusivamente al volante de su voluminoso Toyota. En España le disfrutamos media temporada con un Volkswagen Polo GTI R5 en la Copa de España de Rallyes de Tierra, certamen que perdió con su doble pinchazo en Lanzarote y el posterior incendio que calcinó su montura en Chipre. Esas participaciones en una modalidad al sprint evitaban la oxidación de su velocidad.

Una vez presentado en Arabia Saudí por tercer invierno consecutivo, Al-Attiyah recibió recompensa a su dedicación desde la segunda jornada, en la que su copiloto, Matheiu Baumel, dio una lección de navegación en el punto más complejo del Rally Dakar 2022. "¡No, tú a la izquierda!". No se le olvidará nunca esa frase. Con esas cinco palabras el francés dirigió a su compañero de batallas por la ruta indicada sin pensarlo dos veces.

Con 12' de renta sobre su más inmediato perseguidor en la clasificación, el tripulante del Toyota #201 se permitió dosificar, una decisión que nunca antes había adoptado en su trayectoria deportiva. Caracterizado por una condución explosiva, no solo a la vista, también para sus neumáticos, Al-Attiyah aprendió a gestionar la carrera y centrar su mente en el resultado global. "No me importa el puesto final en una etapa", declaraba.

A esa capacidad de adaptabilidad a las circunstancias hubo que añadir la fiabilidad a prueba de bombas de los GR DKR Hilux T1+. La culpa de ello, esas apariciones en eventos en los que cuentas con referencias de otras formaciones. El único problema que padeció Al-Attiyah fue en el diferencial trasero, y no por fatiga mecánica, sino por un error de montaje en la jornada de descanso. Este cóctel, la catapulta perfecta al estrellato.