Aterrizaron en Arabia Saudí como los extraños de la clase. Mientras el resto de favoritos acudía al Rally Dakar 2022 con vehículos de combustión, ellos presentaban un todoterreno híbrido en su regreso. Muy pocos les tomaban en consideración por el factor baterías, pero si en algo se caracteriza Audi es en desarrollar tecnologías innovadoras que, más pronto que tarde, escriben nuevos capítulos en la historia del deporte.
Mundial de Rallyes, 24 Horas de Le Mans, Fórmula E... disciplinas y pruebas muy diferentes en las que se aventuraron con maravillas de la ingeniería que cambiarían el rumbo de la automoción. El elemento común de esas experiencias, los triunfos. Porque si los de los cuatro aros persiguen un objetivo lo hacen con la máxima determinación y destinando todos los recursos posibles para construir unos coches imbatibles.
El RS Q e-tron aspira a marcar un camino similar al trazado por las distintas versiones del Quattro en los años ochenta. La fiabilidad de los sistemas de motorización eléctricos está más que testada por los germanos en las citas de resistencia, mientras que el corazón de gasolina que recarga la batería central ha acumulado miles de kilómetros en el DTM. La mezcla de ambos en el Dakar no ocasionó el menor problema.
Pero el exceso de peso, sí. Si los amortiguadores simples de los vehículos de Stéphane Peterhansel, Carlos Sainz y Mattias Ekström tuviesen voz compartirían el sufrimiento y extrés al que les sometieron los kilogramos de más que soportaban, especialmente en la primera semana. Para la segunda, en Audi encontraron una solución brillante y sus pilotos no acusaron este problema en ninguna de las seis etapas restantes.
Y son esas especiales las que sembraron el pánico en el vivac. Los de Ingolstadt vuelven a la fábrica con cuatro victorias parciales. Todos los integrantes del tridente contribuyeron a la suma de scratchs, destacando Carlos Sainz con dos. Sébastien Loeb lo comentaba al término de las especiales: "Es muy difícil batirles, son muy rápidos". Declaraciones de alguien que atacaba a fondo desde la pancarta de salida hasta la de meta.
Si en los próximos once meses Audi logra reforzar la suspensión de los RS Q e-tron y la báscula indica unos números inferiores a los actuales, sus posibilidades de victoria crecerán exponencialmente. Porque el potencial que esconde su montura ya ha sido avistado por las estructuras rivales, no solo Prodrive. En Toyota también son conscientes de la dificultad con la que defenderán su corona en 2023. Advertidos están.