Hace dos días Alexandre Pesci contemplaba como se esfumaba en llamas su participación en el Dakar 2022. Su Rebellion DXX fue devorado por el fuego en el Shakedown del raid saudí. Pero entre dos estrellas han iluminado y prolongado su estancia en el golfo Pérsico, además de haberle devuelto la posibilidad de tomar la salida en la cita más esperada de cada invierno con gestos que dicen mucho de su calidad como personas.
La primera muestra de solidaridad la llevó a cabo Romain Dumas, compañero de equipo de Pesci. El tres veces ganador de las 24 Horas de Le Mans no dudó en ceder su Rebellion DXX al responsable de la firma de relojes para que así dispusiera de la oportunidad de desquitarse del abandono del pasado mes de enero. Pero para sorpresa del francés, Nasser-Al Attiyah desplazó a Jeddah con el tiempo justo un Toyota Hilux.
El tiple vencedor del Dakar y embajador de Rebellion le ofreció a Dumas mientras almorzaban ayer juntos un coche que había comprado para su museo, el Toyota Hilux con el que se proclamó este año campeón de la Copa FIA de Rallyes Cross Country. Veintidós horas después de compartir esa comida el vehículo de la marca nipona se encontraba en Jeddah, aplazando por unos días su descanso en la colección de su propietario.