Prueba Volkswagen Taigo: Al paso de la moda

La moda es la moda y en el mundo de la automoción los que marcan la tendencia actual son, sin duda alguna, los vehículos SUV. Los tenemos de todo tipo, grandes, medianos y pequeños, más altos o más bajos, y, como en el caso del nuevo Volkswagen Taigo, con variante coupé.

Este “pequeño” compacto alemán tiene muchas partes derivadas de sus hermanos T-ROC o incluso Polo. Y es que en ocasiones parece eso, un Polo venido a más, grandote, con anchuras, pero que en realidad no va mucho más allá tanto en su espacio interior como exterior. Además, obviamente, las mecánicas son parecidas, en este caso la unidad probada montaba el propulsor TSI de 150 cv, el tope de gama en este modelo.

Lo mejor
Pudiéndose comparar, en cierto modo, con su primo el CUPRA Formentor, a mi modo de ver el teutón pierde la batalla del diseño, mucho más agresivo y marcado en el modelo español. Eso sí, es un Volkswagen, lo que hará que en todos los apartados que puedas analizar no saque mala nota. Es de notable alto en casi todo, desde el volante, de tacto preciso y agradable, pasando por sus asientos, nivel de acabados R-Line -con el extra económico que conlleva- y mucho más.

No es un coche chillón, pero no defrauda estéticamente. Sus curvas coupé no son del todo pronunciadas, ya que la caída en el pilar C es tendida, lo que le da más aspecto de compacto C que de Coupé, siguiendo la tendencia marcada, por ejemplo, de Audi con los Q3 y Q5 Sportback. Sin duda lo que más me gustó tras rodar con él más de 700 km en una semana fue su comportamiento dinámico, ya que unido a mi querido -no me voy a esconder más- DSG hace de su motor una delicia para mover con soltura y clarividencia la estructura redondeada del Taigo. Mención especial también para el sistema de sonido Beats, que marcan la diferencia respecto a los de serie y que todo buen amante de la música y el sonido debería añadir a su coche si quiere disfrutar de verdad.

Por mejorar
La inflación del mercado está haciendo que coches relativamente “pequeños” como este Taigo, apto para familias pequeñas -entiéndase máximo un hijo/a- se dispare sobradamente por encima de los 33.000 euros, eso sí, en unidades full equip de equipamiento como era esta con el R-Line interior y exterior. Tampoco me acabó de convencer la habitabilidad de las plazas traseras, ya que, sin ser un agobio, me producían cierta sensación de claustrofobia al vislumbrar la bajada del techo, reduciendo sustancialmente el “aire” libre encima de nuestras cabezas.

Otro punto a mejorar podría ser el puesto de conducción, que, para mi modo de ver, quedaba demasiado bajo, sin acabar de encontrarle el acomodo exacto en un vehículo con unas líneas muy redondas que hacen que sea algo complicado encontrar el punto de cada una de nuestras esquinas a la hora de aparcar. Eso sí, la cámara trasera ayuda muchísimo en este punto para mejorar la experiencia.

Valoración: 7,5/10
Sin ser el mejor de su especie, el nuevo Volkswagen Taigo cumple con creces con la historia y pedigrí de la marca alemana. Es notable en todo, es cómodo, aunque para mi gusto algo justo en cuanto a espacio, y será un vehículo que tendrá un amplio abanico de compradores de diferentes perfiles. Sin duda, un coche que se adapta a la perfección a los tiempos que corren.