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Prueba Volkswagen ID.3 1st MAX: El primero de su especie

El primer compacto ideado 100% eléctrico del fabricante alemán no deja a nadie indiferente.

30/07/2021 | Kevin Muñoz | Leído: 9106

El Volkswagen ID.3 es la gran apuesta de la firma germana en su desembarco en los vehículos eléctricos. Este espectacular y vistoso compacto hace de su diseño su seña de identidad, aunque debajo de su capó -mejor dicho, debajo de los asientos- sus propulsores son los grandes protagonistas del futuro de Volkswagen.

La unidad probada fue la 1st MAX con 204 cv de potencia, una versión que ronda los 40.000 euros de partida y que cuenta con casi todos los extras que podemos disfrutar en estos ID.3.

Diseño atrevido
El ID.3 es el típico vehículo que cuando circulas por las calles de tu pueblo o ciudad genera miradas indiscretas. Sus líneas futuristas y el concepto general de coche hacen que no pases desapercibido. De acuerdo, no es un Ferrari ni lo pretende, pero sí que es un coche que hará que la gente se gire a preguntarse qué es ese tipo de nave espacial con ruedas, más si optas por una versión como la probada, con sus preciosas y gigantescas llantas de 20 pulgadas.

Un interior por debajo de la media
Si el VW ID.3 destila futurismo por fuera, su interior va acorde, con mucho espacio y una gran capacidad para los ocupantes. Eso sí, como aspecto negativo a destacar, los plásticos duros de puertas y salpicadero no están en consonancia con la calidad que destila el compacto alemán. Una lástima, ya que le resta esa aura de elegancia y modernismo que destila por todos sus poros en una gama de vehículos que parte desde cerca de los 33.000 euros.

En cuanto al puesto de conducción, la pantalla de gran dimensión que preside el salpicadero y las plazas traseras son realmente buenos. Especialmente atrás, con mucho espacio en piernas y por encima de la cabeza de los ocupantes que, unido al techo solar, te brinda una gran sensación de espacio.



Consumos muy medidos
Para poner a prueba el propulsor eléctrico de este coche, realizamos más de 600 km, siendo la mitad de ellos en un viaje de ida y vuelta desde el corazón de Cataluña hasta la Costa Brava. El promedio de consumo fue de unos de 16 kw/h rodando a ritmo legal mayoritariamente por la C-25 (autovía), con una orografía pronunciada.

Si el ID.3 se defendió a la perfección en terreno hostil, (gastamos un 50% de la batería en cada trayecto, mejor se comportó por ciudad, donde el sistema de recuperación de energía -activar el modo B de marcha en lugar de la clásica D-, hace que casi no pierdas autonomía entre las aceleradas y las frenadas clásicas de la ciudad. Un sistema muy preciso, aunque debes acostumbrarte a que el coche te frene prácticamente solo.

Sensaciones como toda la vida
El verdadero gran salto de los actuales vehículos 100% eléctricos es que ya transmiten sensaciones al volante parecidas a sus homólogos de toda la vida con motores de combustión. El ID.3 tiene un gran aplomo en curva, muy neutral, lo que te permite disfrutar de lo lindo en carreteras reviradas, aunque, eso sí, los frenos de tambor que monta en el eje trasero le hacen perder algo de mordiente en la frenada. Solución sorprendente de VW montando estos frenos más próximos al siglo XX que al futurismo que destila el ID.3, aunque siendo sinceros va más que sobrado de frenada en un uso normal y cotidiano.

El futuro ya está aquí
Este Volkswagen ID.3 -misma base que tiene el nuevo Cupra Born- es una declaración de intenciones. El futuro es eléctrico, de eso no hay duda, y el fabricante alemán ha iniciado su imparable desembarco en esta tecnología con un vehículo recomendable, muy útil, para el día a día si dispones de opción de cargar cada noche -la carga rápida hasta el 80% se alcanza en 35 minutos-. Es un vehículo que disfruta en ciudad y que se defiende mejor que bien en carretera, con unas medias muy dignas en su territorio más exigente -las autopistas/autovías-.

¿Me lo compraría? Sí, pero depende de las circunstancias. Si buscase un vehículo 100% eléctrico, sin duda sería una gran opción a valorar. Quizá el precio de partida es un poco elevado teniendo en cuenta los pequeños aspectos negativos mencionados anteriormente, pero es un coche que estéticamente o te enamora o lo detestas. Yo soy de los primeros. Si el futuro es parecido al ID.3, no hay nada que temer.


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