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Hacía mucho que no veíamos a un Jari-Matti Latvala tan incontestable. Nadie está pudiendo con el finlandés que, tras un hosco inicio de temporada, parece dispuesto a redimirse de todo pesar. Hoy nadie ha podido con él. Ni siquiera el vigente campeón del mundo, Sébastien Ogier. En definitiva, el segundo piloto de la escuadra alemana parece ir bien encaminado hacia la primera victoria y hacia los primeros puntos del año.
El primer bucle lo componían 80 kilómetros, mismo rodaje que tendrá el primer tramo de mañana: Guanajuato. Posiblemente los más avezados a las carreras de esta categoría esperaban una respuesta de Ogier a su compañero de equipo. No sería la primera vez, ni mucho menos, que el francés remonta una distancia que parecía casi insalvable. Pero no ocurrió así. Lejos de eso, Jari-Matti se adjudicaba cada kilómetro del bucle para, finalmente, marcharse al service con un minuto y dieciséis segundos sobre el actual líder del mundial. Por detrás, Sordo sufría con un Mikkelsen que también estaba desatado.
Con las dos primeras posiciones un poco más claras daba comienzo el segundo bucle, que volvió a ser un monólogo del finlandés. Estaba cómodo, satisfecho con el coche y con cómo marchaban las cosas, mientras que Ogier se contentaba porque se sabía más líder aún del mundial. Lejos, el tercer Volkswagen probaba los nervios del primer Hyundai en carrera. Andreas Mikkelsen se había acercado peligrosamente a Sordo y, antes de la segunda pasada a los 40 kilómetros de Otates, estaban separados por algo menos de cinco segundos. Cinco segundos que no se incrementarían, pese a que el noruego, al menos en los splits finales, aparecía por delante. Una desafortunada salida de pista arrastraba al de Volkswagen a abandonar la etapa y toda opción de subir al tercer cajón.
En WRC2 continuaba la supremacía de Teemu Suninen que, con su Skoda Fabia R5, copaba casi todos los scratch. Sólo Fuchs, fuera de cualquier lucha (como el resto de pilotos del WRC2), parecía poder ganarle algún crono al finés.