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Después de varios meses de discusión, parte de la normativa del Campeonato Mundial de Rallyes a partir de 2017 ha quedado ya decidida, apostando por vehículos más rápidos y agresivos. Para entonces los vehículos aumentarán su potencia en cincuenta caballos y su anchura en cincuenta y cinco milímetros, según asegura el medio alemán Rallye Magazin.
La restricción de la brida del turbo se ha levantado de treinta y tres a treinta y cinco milímetros, lo que posibilita el aumento de potencia – los propulsores siguen siendo los 1.6 turboalimentados de cuatro cilindros. Esto podría dar lugar a vehículos que entreguen un par máximo de 500 Nm, además de que se planea reducir el peso en treinta kilogramos – con el fin de conseguir coches más rápidos y espectaculares.
La estética cuenta también a la hora de crear espectáculo, por lo que se ha tomado la decisión de hacer los coches más anchos con respecto a los aproximados 1.800 milímetros que medían hasta ahora (y hasta 2016). Con este cambio de normativa, engordarán 27,5 milímetros por cada lado. Eso sí, todavía la FIA tiene que dar aún el OK final a este cambio de la normativa.
Al final del Rallye de Polonia, el ganador Sébastien Ogier comentó algunos detalles de lo que se espera que sean los nuevos WRC: “Este rallye ha sido muy rápido y exigente, pero con los nuevos coches WRC, en 2017 va a ser desde luego más exigente y espectacular. Tengo ganas.”
De cara al futuro no sería extraño observar prototipos de todas las marcas (con especial mención a Toyota y su prototipo del Yaris WRC) con ensanches y mayor potencia, de modo que tanto pilotos e ingenieros se acostumbren a domar estas bestias. Comienza de este modo una nueva era en el Campeonato Mundial de Rallyes en el que el potencial de los vehículos tiene la oportunidad de retar en el legado y el recuerdo a los míticos Grupo B.