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Coincidieron durante su etapa en M-Sport y ahora, los caminos de Sébastien Ogier y Elfyn Evans se vuelven a encontrar en Toyota. El galo, procede de Citroën, mientras que el joven británico, llega después de una larga estancia bajo la estructura de Malcolm Wilson. Ambos se estrenarán en Monte Carlo a los mandos de sendas unidades del Toyota Yaris WRC. Su puesta en escena ha causado gran expectación.
El seis veces campeón del mundo no cree que desde su nuevo equipo reciba un trato especial con respecto a su compañero de equipo, al menos, durante la primera mitad de temporada. El galo piensa que Evans también será un hueso duro de roer, por lo que batirle será uno de sus primeros objetivos. Con Monte Carlo puesto en la mirada de ambos, Toyota iniciará así una nueva etapa en el WRC.
"Mi objetivo al principio de temporada no es pensar en como puede ayudarme mi compañero de equipo. Mi objetivo es siempre intentar centrarme en mí mismo y hacer el trabajo yo mismo, eso es lo más importante. Nunca he pedido al principio de la temporada tener un estatus especial, todos merecemos la misma oportunidad al principio de la temporada", aseguraba Ogier a la página oficial del mundial.
"Dependiendo de lo que pueda suceder a lo largo del año, la estrategia puede darse en la segunda mitad. Pero en la primera necesitamos centrarnos en nosotros mismos y aportar lo mejor al equipo", añadía.