Después de sumar su séptimo título mundial hace poco más de un mes en Monza, Sébastien Ogier vuelve a la carca en la que, en teoría, debe ser su última temporada completa en el WRC.
En su segunda campaña con Toyota y con el ‘1’ de vuelta a las ventanillas y puertas de su Yaris WRC, el piloto de Gap afronta con la misma ilusión de siempre su rallye de casa. “Todo el mundo sabe que el Monte-Carlo es el rallye que más deseo ganar”, ha comentado el siete veces campeón del mundo. “Pero es un rallye que tienes que afrontar con mucha humildad porque siempre es un reto con las condiciones y tienes que ser muy inteligente para ganarlo”.
Pero este Monte-Carlo sólo se parecerá a las anteriores ediciones por la dificultad de sus tramos, ya que este año la falta de público y el toque de queda en Francia ha obligado a variar por completo los horarios y ambiente de la prueba más clásica del campeonato. “Este año se sentirá diferente a lo habitual: para mí siempre ha habido un apoyo muy grande por parte de los aficionados, pero incluso si no están físicamente al costado de la carretera, estoy bastante seguro de que mis seguidores vitorearán delante de la televisión e intentaré hacerlos felices”, ha explicado Ogier.
“Estoy más preparado para esta temporada después de haber hecho algunos rallyes con el Yaris WRC, y eso me da más confianza. Aún así, tendremos que adaptarnos a los nuevos neumáticos, especialmente en Monte-Carlo cuando tenemos un paquete más grande disponible que en cualquier otro evento. Pero estoy deseando que llegue porque para mí es un aspecto interesante de los rallyes: intentar hacer la mejor estrategia de neumáticos y usarlos lo mejor que puedas”, ha añadido el piloto de Toyota antes de iniciar los reconocimientos de la prueba monegasca.