Sébastien Ogier acaricia su primera victoria en la era híbrida del Campeonato del Mundo de Rallyes. Después de tres intentos frustrados por otros tantos pinchazos, el francés se encuentra en una posición inmejorable para reencontrarse con el peldaño del podio que le obsesiona. Autor de un sábado impecable, el campeón saliente iniciará la etapa del domingo con un confortable colchón sobre sus inmediatos perseguidores.
Los órdenes de salida siempre jugaron un papel incordiante en su trayectoria como piloto a tiempo completo. El de Gap ponía el santo en el cielo cada vez que tenía que barrer los caminos a sus rivales. Este año, con un rol distinto al volante del tercer Toyota GR Yaris Rally1, no había sentido ese lastre... hasta que decidió retornar al certamen de sus mayores éxitos para participar en el RallyRACC Catalunya-Costa Daurada.
Partiendo desde un puesto retrasado en la jornada del viernes, el galo tendría que redescubrir su versión más excelsa si no quería perder sus opciones a las primeras de cambio. La aparición de la lluvia, a priori, añadía dificultad al fin de semana del segundo piloto más laureado de todos los tiempos. Pero no, no hubo condición que le penalizase. Si sobrevivió a los tramos de ayer, en los de hoy impartió un auténtico recital de conducción.
El artefacto nipón se ha convertido en una prolongación del cuerpo de Ogier. Hace lo que quiere, cuando quiere y como quiere. Esa soltura le ha permitido abrir una brecha de más de veinte segundos con el siguiente clasificado, que ya no es su compañero de equipo. Thierry Neuville quebranta el doblete de la estructura dirigida por Jari-Matti Latvala tras adelantar a Kalle Rovanperä en la complejísima superespecial de Salou.
El belga modifició en cada enlace los ajustes de su Hyundai i20 N Rally1. Ninguno de esos cambios surtió el efecto deseado por el #11, más bien todo lo contrario. Sin embargo, un error del finlandés en la salida de la penúltima cronometrada del día facilitó la remontada de Neuville, que aprovechó una oportunidad que tratará de rematar en las cronometradas que restan. Ott Tänak, decontento, les acecha desde la cuarta posición.
El top cinco lo cierra un Dani Sordo que cumplió con lo que había prometido a su círculo cercano. El español estaba frustrado consigo mismo hasta que unos acertados retoques en la asistencia de mediodía remontaron su aventura por las carreteras de Tarragona. Un coche blando e inestable se convirtió en un verdadero misil en apenas cuarenta minutos. La velocidad llegó en el momento crucial para contener a Elfyn Evans.
El galés ocupa una decepcionante sexta plaza con un Toyota GR Yaris Rally1 que sigue sin transmitirle confianza. Esta noche dormirá en tierra de nadie. Distancia prudencial por delante y distancia prudencial por detrás. Séptimo rueda Craig Breen con el Ford Puma Rally1 mejor situado. El irlandés prececede a un competitivo Takamoto Katsuta. A espaldas del japonés, Adrien Fourmaux controla a Pierre-Louis Loubet.