Los Sébastien caminan de la mano en esta nueva etapa de sus trayectorias. Con programas parciales dentro de sus respectivos equipos, pueden escoger las pruebas que les apetezcan para revivir las únicas sensaciones que les ofrece un certamen que dominaron durante dicisiete años. El lunes anunció Toyota que conatría con Ogier en Kenia. Esa decisión también ha motivado la vuelta de Loeb al continente africano.
El nonacampeón del mundo se sentó a negociar con M-Sport "una o dos pruebas más" con el Ford Puma Rally1. El nivel de competitividad mostrado por el artefacto de la firma del óvalo en Portugal satisfizo a un Loeb que quería olvidar el error que le abocó el abandono. Aunque el Safari no figuraba inicialmente en las quinielas, la participación de su tocayo le incitó a aceptar el tercer duelo de leyendas del curso.
"Kenia es bastante asombroso; es un rally del que tengo grandes recuerdos. En aquellos tiempos era muy diferente, teníamos helicópteros sobre nuestros coches que nos anunciaban todo a lo que nos estábamos aproximando en los tramos. Siempre es complicado llegar a un rally en el que nunca has hecho los tramos antes. Esto no nos pondrá las cosas fáciles, pero estoy muy contento por ir", declaró el alsaciano