Sami Pajari se aferra a los números para revalidar el título en la división reservada a las estrellas del mañana. El nefasto arranque de curso del finlandés encontró solución en el Rally de Portugal. El fin de semana no comenzó como esperaba. En los primeros tramos del viernes un pinchazo volvía a ponerle contra las cuerdas. Sin embargo, el nórdico supo recomponerse del percance para encaramarse a la primera plaza.
Una vez y accedió al liderato, el vigente campeón cambió de mentalidad y aminoró la marcha. Sus perseguidores acumulaban contratiempos mientras él ampliaba su renta hasta completar la etapa del sábado con un colchón de cuatro minutos y medio. Hoy lo único que necesitó fue conducir. Con esta victoria Pajari resucita en la lucha por el título. Antes apenas contaba con un quinto puesto y lo obtenido mediante scratchs.
Su compatriota Lauri Joona finalizó en una solitaria segunda posición que le permite afianzarse al frente de la tabla de puntos. Sin ritmo para discutir el triunfo a su predecesor, se centró en arribar a la meta del Power Stage con su Ford Fiesta Rally3 de una pieza. El estonio Robert Virves cerró el podio después de verse lastrado hasta por siete pinchazos. Jon Armstrong, acogido a la normativa SuperRally, salvó los muebles en P4.