La semana que viene comenzará un año en el que desea que la mala fortuna escoga, al menos, un camino diferente. Su sorprendente fichaje por Hyundai Motorsport a finales de 2019, del curso en el que interrumpió la supremacía gala en el Mundial de Rallyes a bordo de un Toyota Yaris WRC en sus manos inalcanzale, no termina de cuajar. El escalofriante inicio de su alianza con los de Alzenau en Monte-Carlo, la fragilidad mecánica del i20 Coupé WRC, sus excesos de fogosidad... Pero con el i20 N Rally1 ha recuperado la ilusión.
"El equipo ha hecho un gran trabajo con este coche. Tenemos un chasis nuevo robusto y definitivamente hemos realizado varios grandes pasos hacia adelante. Por supuesto que me gustaría hacer tantos kilómetros como fuese posible antes de que empiece la temporada, pero en el tiempo que he estado dentro del coche ya he podido comprobar que los ingenieros y diseñadores han hecho un gran trabajo. Sabemos que hay muchas cosas por hacer todavía, pero el coche es prometedor", declaró Tänak en wrc.com.
El campeón del mundo del 2019 afronta su tercera temporada con Hyundai en igualdad de condiciones con sus rivales, tanto dentro como fuera de la estructura surcoreana. La introducción de la tecnología híbrida adentra en territorio desconocido a las tres formaciones de la categoría reina y a sus respectivos pilotos. El 90º Rally de Monte-Carlo despejará las primeras incógnitas de una era en la que el imperio francés también cederá el protagonismo con la decisión de Sébastien Ogier de decantarse por programas parciales.