Cuando M-Sport anunció su alineación de pilotos para esta temporada 2025 en el WRC, muchos arqueamos las cejas. Muchos esperaban y cruzaban los dedos para ver a Martin Sesks como piloto oficial (y con razón), mientras que algunos esperaban algunos ascensos de WRC2, tales como Yohan Rossel (quien de hecho estuvo negociando, al menos para una temporada parcial) o Nikolay Gryazin.
En su lugar, anunciaron a Josh McErlean. Un McErlean que sube sin haber destacado especialmente en la segunda división frente a nombres como Rossel, Gryazin, Oliver Solberg, Sami Pajari o Jan Solans. Incluso Gus Greensmith, cuando subió a piloto titular de M-Sport con el sólido apoyo de Crown Oil, lo hizo habiendo logrado varias victorias y podios en WRC2 Pro durante la temporada 2019.
No es ningún secreto que M-Sport depende del mejor postor para tratar de seguir a flote frente a Hyundai y Toyota en el WRC, así como con Citroën y Skoda en el desarrollo de los Rally2 de carreras cliente - es una dura papeleta la suya, y ya llevan más de una década peleando como gato panza arriba. Tampoco es el primer fichaje sorprendente que vemos por su parte, como ya pasó allá por 2016 cuando apostaron por Eric Camilli junto a Mads Ostberg.
La cuestión es, no muchos fuera del deporte - léase, todos aquellos que no están inmersos dentro del entorno del WRC - hubieran apostado por McErlean para ese segundo asiento en el Puma Rally1. Y eso que McErlean acumula experiencia, con 5 temporadas completas con maquinaria Rally2 y un segundo puesto de WRC2 en Portugal 2024 como mejor resultado.
Ahora bien, si en M-Sport saben hacer algo muy bien, no es sólo pelear contra gigantes. También saben reconocer talento en bruto, incluso cuando no es aparente. Y el ritmo mostrado por McErlean en un rallye tan complicado como en Suecia, con unas Hankook que aún tienen margen de mejora de desarrollo, da que pensar.
No estamos augurando un campeón mundial en ciernes, si alguien se lo pregunta. Pero el hecho de que, en su segundo rallye con el Puma Rally1, sea capaz de colocarse por delante de Grégoire Munster y pelear posición frente a Sesks o Kalle Rovanperä (este peleando con el manejo de su Toyota y de las Hankook, dicho sea), ya supera las expectativas de muchos seguidores del WRC. Hasta la etapa del domingo, estaba yendo a buen ritmo, cometiendo sólo un par de errores yéndose largo en dos puntos.
Por supuesto, el error del primer tramo del domingo tiene su peso, costándole puntos para el campeonato de pilotos - si bien para M-Sport, dada su situación, estar en la lucha del campeonato de constructores no es una realidad dada la diferencia con respecto a Toyota y Hyundai. Aún así, el ritmo fue mucho mejor que en Monte-Carlo. Además, este error le garantiza una posición de salida óptima de cara a la siguiente prueba del calendario, el Rallye Safari Kenia.
Y esto demuestra que si en M-Sport confían en alguien, tienen más razones que las económicas. Tienen su peso incuestionable, obvio. Pero quienes pensaron que sólo era por cuestión económica, estaba equivocado, pues ese ritmo que mostró, en esas condiciones y con la exigencia de manos de los Rally1 son dignas de mención.