"Sé que necesitamos mantener esta posición". Eso declaró Kalle Rovanperä al final de la primera especial de la tarde. Parecía que proclamaba su rendición en la lucha por la victoria, que se centraría en sumar los dieciocho puntos que otorga la medalla de plata y algo más en el Power Stage, pero no. El líder del Campeonato del Mundo jugó con su compañero, al igual que lo hizo el mes pasado en Croacia con Ott Tänak.
Elfyn Evans había terminado los tramos matinales con una ventaja relativamente amplia sobre su vecino en las carpas de Toyota. El joven finlandés tendría que recuperar 18.5" y no ceder ni una décima para desbancarle de lo más alto de la clasificación. En 'Vieira do Minho' solo consiguió acortar en 1.9" esa diferencia, y en ese momento deslizó públicamente la idea de conservar lo que estaba en su posesión.
Esas palabras contrastaron de inmediato con la realidad. En 'Cabeceiras de Basto' endosó 6.6" al británico. Ambos se jugarían la batuta de mando en los monstruosos 37.24 kilómetros de 'Amarante'. Por si la emoción no alcanzaba los niveles óptimos, las grises nubes que cubrían el cielo luso decidieron descargar agua con intensidad. Mientras más atrás, peores condiciones. Rovanperä sacó tajada de las circunstancias.
Con un registro 13.9" más rápido que el del vigente subcampeón el nórdico culminó su remontada. En el espectáculo de Oporto no cambió nada. Mañana, sin órdenes de por medio, se disputarán la medalla de oro. La renta de Rovanperä al frente es mínima. Un trompo y adiós. El triunfo lo necesita Evans como el comer. Podrá arriesgar más, aunque también debe cruzar por meta con un buen botín para levantar cabeza.
Takamoto Katsuta y Dani Sordo batallarán a brazo partido por el bronce. El japonés, que está cuajando el fin de semana que tanto buscaba, estableció una distancia considerable con el español en las especiales en carretera. En la urbana, el de Hyundai le embolsó 8.9" para resucitar sus opciones al podio y, de paso, proteger su espalda de un Thierry Neuville que amenzaba de cerca tras volar, con el firme seco, en 'Amarante'.
El duelo entre los Ford Puma Rally1 de Pierre-Louis Loubet, Craig Breen y Gus Greensmith se resuleve provisionalmente a favor del irlandés. En la asistencia intermedia modificó parámetros del chasis y de los amortiguadores, cambios con los que ha encontrado el ritmo que en las jornadas anteriores no había mostrado. El francés aguantaba por delante hasta que problemas con el limpiaparabrisas le hicieron claudicar.
Greensmith se despidió de la pelea por el sexto puesto al apoyar la zaga de su coche en un banco de tierra que pensaba más blando. El impacto, además de provocar un pinchazo, rompió la suspensión trasera derecha. Esta baja la aprovechó Ott Tänak para escalar una posición. Sin embargo, poco importa al estonio el resultado después de su caótico inicio de curso. El grupo de prioritarios lo completa Adrien Fourmaux en P9.